“Agua fría para clientes”, con este oportuno cartel pegado a un termo, doña Cecilia Can, propietaria de un comercio, recibe a los compradores en la esquina de 24 Proyectada y Estados Unidos, barrio Obrero. La propuesta gratuita difícilmente es rechazada por los concurrentes, pues además de lidiar con las altas temperaturas, al vital líquido por red lo ven escasamente por esos lares, desde hace meses.
“Ofrezco por el calor y porque sufrimos la falta de agua desde hace tiempo. Cuando aparece, eso ocurre de madrugada y debemos estar atentos para juntar en recipientes. A esto se le sumó en estos días también el corte de luz, lo que significó pérdidas económicas”, señala la comerciante oriental.
Al igual que la mujer, varios pobladores tanto de la zona como de otros barrios de Asunción y el área metropolitana continúan con problema de abastecimiento de agua. Lamentan que a pesar del servicio irregular, de igual manera la tarifa que deben abonar es alta.
“Debo pagar más de un millón por tres meses a la Essap, por un servicio que no recibo, o que me viene por horas”, lamentó Juan Carlos Gómez, del barrio Roberto L. Pettit.
Cansados de esta situación, los moradores tanto del barrio Obrero como de alrededores realizaron este martes una gran movilización por la falta de provisión de agua. Tras la protesta, aseguraron que ayer empezaron a aparecer cuadrillas de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap).
Fátima Morínigo es una de las pobladoras que salió a manifestarse. Relató que la provisión de manera continua es un inconveniente que data de hace mucho tiempo, pero hace cuatro años el problema se intensificó con el aumento de la población y la ausencia de inversión que no previó el ente.
Provisión. El gerente general de la Essap, Carlos Antonio López, sostuvo que cada caso de tarifa se debe analizar con el usuario. Detalló que entre los problemas frecuentes se encuentran la medición inexacta o deudas acumuladas.
Para el servicio continuo afirmó que como medida paliativa realizarán interconexiones de cañerías y perforación de pozo para solucionar el problema de abastecimiento en barrios como L. Pettit y Obrero, donde la presión de agua ya no es suficiente para la ubicación topográfica.
Estimó que dentro de dos años estaría operativa otra planta de tratamiento en Viñas Cué, ahora en etapa de diseño del proyecto ejecutivo. Este nuevo módulo tendría una inversión de USD 12 millones a 15 millones y aún no cuenta con fuente de financiamiento.