Al mismo tiempo, debemos considerar todos los aspectos de la educación, uno de ellos y de suma trascendencia son los materiales didácticos para la educación. Estos facilitan el proceso de aprendizaje y de enseñanza, apuntan a la comprensión, que es un nivel de conocimiento que va más allá de la literalidad de lo que se lee o se ve, y que prepara a los niños y jóvenes para alcanzar el estadio ideal del pensamiento crítico.
Los recursos que generan un buen contexto educativo son claves para que se llegue a dar ese encuentro personal de educador y educando, más los compañeros del grupo de estudios, junto con los cuales se vivencian experiencias que permiten el desarrollo de las dimensiones cognitivas, emocionales, sociales, morales y físicas de los estudiantes. Los materiales de apoyo lector y gráfico son parte de esos recursos educativos necesarios y estimulantes para la casa y la escuela.
Con el gran progreso tecnológico que vive la humanidad, se emplean recursos gráficos, y de hecho esta generación está muy acostumbrada al lenguaje visual; por eso resulta interesante el retorno al papel como un elemento que se complementa con los nuevos recursos disponibles, y que nunca ha podido ser reemplazado para el apoyo escolar.
Esto se debe a que el material gráfico de contenido educativo impreso en papel ayuda a ejercitar la motricidad, a aclarar conceptos y a desarrollar el lenguaje oral y escrito, estimula la imaginación de una manera más armónica y también genera una estética que introduce a los estudiantes en su cultura.
Todos estos recursos, dibujos, fotografías, diagramas, tipografías, diseños, mapas y otras imágenes a color, combinados con los textos, introducen una simbología rica y han demostrado su utilidad y eficacia para ayudar a pensar, actuar, autorregularse, entretenerse y jugar, que constituye una actividad muy educativa.
También son importantes herramientas para comunicarse y sirven de base para conectar con sistemas semióticos más complejos, como el lenguaje abstracto y los números.
Leer y escribir, interpretar, relacionar, analizar, sintetizar, comprender y expresar ideas, argumentar de forma coherente y clara, todo esto tiene relación con el uso didáctico de los materiales de apoyo adecuados.
La lectura es un proceso fundamental, no se debe soslayar el hecho de que la acción de leer permite proyectar contenido a un espacio mental personal, combinando lo recibido con experiencias previas y también las proyecciones, es decir con una temporalidad: pasado, presente y futuro. Por lo tanto, apoyar a los niños y a la comunidad educativa en el descubrimiento y desarrollo del lenguaje simbólico es ayudarlos a desplegar su capacidad para dar significado a la realidad, y esto es primordial cuando se apunta a una educación de calidad.
El pensamiento crea y determina al lenguaje, el cual, a su vez, enriquece y nutre el pensamiento. Su relación mutua es dinámica e interdependiente. Y, como la escritura posibilita el desarrollo del pensamiento a nivel de percepción, atención y memoria, los materiales de apoyo mencionados son un gran aliado de los educadores y de los educandos.
Es necesario, y hasta urgente, consolidar la sinergia permanente entre el sistema educativo formal y la sociedad, con los Medios de Comunicación y editoriales que, con responsabilidad social, brindan estos materiales al público, los cuales deben llegar a los lectores y estudiantes a bajo costo y con la mayor calidad, de manera que nos ayuden a todos a enfrentar con esperanza y superar con éxito los desafíos culturales y educativos de nuestro tiempo.