Como nunca antes, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) coordina con diferentes instituciones y gobiernos locales un plan de intervención en las infraestructuras de centros educativos a nivel país, reorganizando, reparando y manteniendo las escuelas con base en una guía de diseño que armonice lo pedagógico con las aulas y el entorno. Así lo afirmó en esta entrevista, el ministro de Educación, Luis Ramírez, quien habla de las acciones que se realizan ahora y a futuro para adecuar los espacios educativos.
–¿Cuáles están siendo las prioridades del MEC?
–Desde que llegamos, nos propusimos que todas las acciones del ministerio tuvieran como centro la pedagogía. Podemos tener buena infraestructura, pero si el niño no aprende, no sirve. La infraestructura debe estar al servicio del aprendizaje (…). Hace más de 12 años que no hay inversión en mantenimiento y reparación de escuelas. Este año pusimos un énfasis en el presupuesto para incluir ese rubro porque arreglar algo que se cae es más costoso que construir o reconstruir.
–¿Cuánto dinero se tiene para esto?
–Este año solicitamos más de tres millones de dólares para reparación y mantenimiento. Muchas escuelas tienen instalaciones eléctricas antiguas que no soportan el uso actual, como aires acondicionados. Eso tiene un promedio de costos de entre G. 250 y G. 300 millones según la escuela, según su tamaño, según la cantidad de aires que haya que colocar. Y esa es una refacción y una reparación que hay que ir haciendo de a poco. Estamos trabajando de forma coordinada con intendentes, directores y asociaciones de padres para enfrentar estos desafíos y garantizar que las reparaciones sean sostenibles.
–¿Qué avances se tiene?
–De los 6.800 locales escolares que existen, ya reparamos 3.874 este año. El 34% de esos locales tienen menos de 50 alumnos y 489 locales menos de 10 alumnos. ¿Eso qué quiere decir? Eso quiere decir que podemos mejorar la infraestructura de las escuelas con mucha más calidad y precisión. Y repito siempre: No vamos a cerrar escuelas. Vamos a reorganizar el sistema: No hablamos de escuelas, sino de locales escolares que a veces albergan tres instituciones. Esto nos permite mejorar la infraestructura con más precisión y calidad. Reparando un aula, impactamos en tres instituciones. En la mañana cuando funciona como escuela, a la tarde como colegio y a la noche alfabetización de adultos.
–¿Qué cambios están implementando en el diseño de las escuelas?
–La escuela no puede ser concebida solamente como creación y reparación de aulas. Saltamos del concepto de reparar aulas al de construir escuelas. Una escuela es más que aulas: el niño aprende haciendo fila en la cantina, jugando en el patio, compartiendo. Diseñamos un modelo que incluye espacios intermedios esenciales para el aprendizaje. Este diseño arquitectónico estará disponible en un manual en la web para todas las personas que quieran hoy empezar una escuela, habilitar una escuela o las que quieran ir haciendo un plan de reparación de escuela.
–¿Cómo trabajan las necesidades educativas y comunitarias?
–Los intendentes siguen una lógica del día a día, de la cotidianidad, de la exigencia de una comunidad. Pero muchas veces la exigencia en la comunidad no se condice con esa exigencia pedagógica. Muchas veces las comunidades piden tinglados, pero hay escuelas sin baños o sin agua. Hemos establecido un orden para que los intendentes prioricen criterios pedagógicos. No podemos tener a los niños tres o cuatro horas en la escuela sin un baño, por más que un tinglado sea necesario. Hay 389 locales de intervención con construcción de servicios higiénicos.
–¿Cómo enfrentan el problema de suministro de agua?
–Tenemos un proyecto para atender a las 812 escuelas que enfrentan dificultades de agua. De estas, 120 ya tienen soluciones definidas por Tape y 122 están en ejecución hoy. Donde no hay suministro, construimos pozos en colaboración con organismos como Senacsa y el Ministerio de Desarrollo Social. Esperamos que para este año todas estas escuelas tengan acceso.
–¿Se renovarán este año los colegios emblemáticos?
–Vamos a invertir en la renovación total de instituciones emblemáticas como el Colegio Nacional de la Capital, con más de un millón de dólares, y el Colegio Técnico Nacional, con más de dos millones y medio de dólares. Además, aspiramos a modernizar los centros regionales de educación y otras escuelas destacadas, unas 17. Las primeras a comenzar serán en Paso Yobái, Coronel Oviedo y Piribebuy. Al cierre del 2025, esperamos tener la mejor infraestructura educativa de los últimos años.
–¿Cómo se dejó que las escuelas se deterioren?
–Eso me pregunto, ¿qué falló? A mí me sorprendió que había sido todo esto tenía solución, Me sorprendió encontrar de que sí se podía hacer algo. He conversado con la mayoría de los intendentes y estamos logrando que ellos, en este período, reparen 1.500 escuelas ¿Qué pasó antes? Nosotros le hablamos del aprendizaje y de lo pedagógico. Ahí recién yo creo que los intendentes entendieron de qué estamos hablando y cuál es el objetivo. Y se animan también a invertir con mucha confianza. En materia de infraestructura pensamos que era como una cosa imposible, y con ciertos ajustes, con mucho trabajo de coordinación, vemos que es posible. Había 800 escuelas sin agua, no costaba nada. Estamos hablando de una situación de hace 10 años o más.
–¿Cómo están abordando la deserción escolar?
–Bueno, ahí más que la infraestructura, la magia –voy a decirlo así– se llama Hambre Cero. Antes de Hambre Cero, teníamos un porcentaje de 56% de participación en algunas escuelas rurales. Desde agosto, con Hambre Cero, esas escuelas saltaron a 96% de participación. Es decir, algunos chicos volvieron a la escuela.
Ahora nos falta la segunda etapa. Por eso, para mí es tan trascendente priorizar la infraestructura. Si logramos implementar el plan de tutorías, creo que podríamos disminuir fantásticamente el rezago. Porque el problema del abandono viene después: Ese estudiante que no aprendió y ya tiene 14 años, pero debe irse al quinto grado, ¿quién se queda? Difícil. Además, muchas veces la familia le exige que trabaje. Si logramos disminuir eso a través de tutorías, estamos, casi con Hambre Cero y tutorías, solucionando la raíz de los problemas que después se convierten en abandono o en ausentismo colateral.
–Este año arranca un censo de escuelas.
–El nuevo censo de escuelas, el primero desde 2008, será un “censo vivo” que incluirá la georreferenciación de cada institución, imágenes 3D de la infraestructura, fotos de los proyectos de crecimiento y actualizaciones en tiempo real sobre las construcciones realizadas. Este sistema nos permitirá crear un mapa dinámico y accesible al público, que mostrará el estado de cada escuela, facilitando la planificación ordenada del crecimiento y evitando decisiones improvisadas o desorganizadas, corrigiendo problemas como el mal uso de la microplanificación, donde actualmente muchas escuelas deben exagerar sus problemas para ser atendidas.