En la mañana de este martes, varios ex mandatarios estuvieron presentes en la asunción de Santiago Peña como presidente de la República del Paraguay, entre ellos el 45° presidente Luis Ángel González Macchi (1999-2003), quien acudió acompañado de su esposa y ex primera dama Susana Galli.
Antes del inicio del tedeum en la Catedral Metropolitana Nuestra Señora de la Asunción, el ex jefe de Estado accedió a responder algunas preguntas de la prensa.
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"¿Quién realmente gobernará?”. Esa fue la consulta en coro de los medios y la respuesta fue tajante y rápida de “vamos a ver”, seguida de una pequeña risa.
Esta incógnita surge debido al gran aprecio y admiración del presidente Santiago Peña hacia el ex presidente de la República y actual líder de la Asociación Nacional Republicana (ANR), Horacio Cartes.
En cuanto al discurso de Peña, aseguró que el nuevo presidente dio cátedra en temas financieros, problema crucial que se debe resolver, y sobre los temas políticos no mencionados, manifestó que “vamos a perdonar”.
“Bueno, como debe ser él, es un mozo muy técnico, muy capacitado y entonces nos dio una cátedra del tema financiero, del problema fundamental que tiene el país. Todas las otras partes de política vamos a perdonar”, indicó.
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Manifestó que el Estado debe intervenir en todas las decisiones económicas para evitar aprovechamientos indebidos.
Para finalizar, manifestó que la creación de un Ministerio de Economía sería algo práctico, ya que contará con contribuciones como de Aduanas y sería “bueno ver cómo funciona”.
Santiago Peña juró este martes como nuevo presidente de la República ante el titular del Congreso Nacional, Silvio Ovelar, después de que lo hiciera con el vicepresidente Pedro Alliana. Los dos estuvieron acompañados de sus respectivas esposas.
Tras el juramento, Ovelar entregó el bastón de mando a Peña, quien también recibió la banda presidencial.
Esos atributos presidenciales fueron entregados a Silvio Ovelar, en una sesión solemne de ambas cámaras del Congreso Nacional, por Mario Abdo Benítez, quien dejó el sillón presidencial con varios intentos de juicio político, una crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 y el secuestro de un exvicepresidente.