La rabia que transmiten los murciélagos vampiros (que se alimentan principalmente de sangre humana) es una enfermedad viral letal en toda América Latina, que además de su impacto sobre la población humana genera pérdidas millonarias por la mortalidad que causa en el ganado, sobre todo en las zonas rurales más empobrecidas.
El estudio ha sido realizado por científicos de las universidades de Michigan (Estados Unidos) y Glasgow (Reino Unido) y las conclusiones se han publicado hoy en la revista Nature Ecology and Evolution.
La vacuna contra la rabia ya existe y ha sido probada con éxito en el laboratorio, y los investigadores han comprobado con esta simulación su eficacia en la vida silvestre, en concreto en tres colonias de murciélagos vampiros en Perú.
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El experimento consistió en aplicar un gel con un colorante fluorescente para comprobar cómo se propagaría la vacuna, ya que esta se dispersa de forma oral (a través de la piel o de las mucosas) cuando estos animales se acicalan como parte de sus relaciones sociales.
La vacuna contra la rabia, según ha informado la Universidad de Michigan, ha demostrado que protege a numerosos murciélagos por cada individuo vacunado en el laboratorio, pero se desconocía cuál sería ese nivel de propagación en los murciélagos en vida silvestre.
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Vacuna protegería a 2,6 individuos por cada animal vacunado
El estudio ha demostrado que debido a la transferencia de murciélago a murciélago, las vacunas orales y tópicas contra la rabia protegerían a 2,6 individuos por cada animal vacunado, frente a un solo ejemplar protegido por las vacunas convencionales y que no se propagan.
Esta sería la primera evidencia científica de que la vacunación, si sigue estos patrones para su propagación, podría contribuir a reducir de una forma significativa la rabia humana y ganadera, y esto sería más efectivo que la política actual de sacrificios masivos de animales, con la que no se ha logrado contener la enfermedad en América Latina.
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Las diferentes estrategias de manejo que se han seguido durante los últimos cuarenta años no han conseguido frenar la enfermedad, y en algunos casos las matanzas selectivas de murciélagos han sido incluso contraproducentes.
Según los investigadores que firman hoy en Nature, la enfermedad de la rabia depende del movimiento de los murciélagos entre las diferentes colonias, y un cambio en la estrategia -y pasar del envenenamiento masivo a la vacunación- podría resultar muy eficaz y conseguir una reducción importante de la rabia en América Latina.