Hace décadas que la Argentina está en franca decadencia económica y social, donde es muy difícil sacar un buen ejemplo de lo que sea. Los valores de su sociedad se fueron deteriorando, la ética del trabajo fue desapareciendo, donde hay hijos que nunca vieron trabajar a sus padres. Pero ocurrió un milagro: Javier Milei obtuvo “oficialmente” más del 55.69 % de los votos en el balotaje 2023. Considerando que quienes están en el poder tuercen la máquina electoral para robar votos y ser reelectos, Milei fue votado por muchísimos más de las 14.476.462 personas que “oficialmente” lo hicieron.
He aquí el primer milagro. Milei inicia su carrera política recién en el 2020, cuando fue electo diputado nacional, un ¡outsider! Segundo milagro. Toda su campaña fue construida diciendo lo duro que será el camino de la reconstrucción del país y las décadas que va a demorar, superando el periodo de su mandato, cosa que nunca hacen los “políticos profesionales” que se especializan en mentir al electorado prometiendo fantasías y magias, a sabiendas de que no van a poder cumplir nunca. Aun así, con un relato duro y crudo de lo que se proponía hacer, la absoluta mayoría lo votó.
Tercer milagro. Su mensaje es magistral y de un brutal realismo económico, con frases como: …Prefiero decir una verdad incómoda antes que una mentira confortable. Mi propuesta es devolver la libertad a la gente. Terminar con los vicios y los “privilegios de la casta” (los políticos). ¡Vengo a voltear a la política! No se dejen amedrentar por los burócratas. ¿Los políticos llevan un nivel de vida acorde a sus ingresos? Voy a sincerar los precios y que el libre mercado se autorregule. Las empresas públicas no deben de perder más plata. En el sector privado no sobreviven empresas con pérdidas. Y, sigue: Voy a cerrar o vender todas las empresas del Estado que pierdan plata. ¡El Estado es el problema! El Estado tiene una adicción a gastar más de lo que recauda. El Estado argentino es el mayor mal pagador serial de la historia del mundo. Mientras tanto, la Argentina tiene la presión tributaria legal más alta del mundo. El Estado debe des-intervenir en la economía. Con las cuentas equilibradas no hay déficit. Voy a llevar el país a un camino de convergencia para que en 35 años esté a nivel del primer mundo. Vengo a cumplir mi promesa electoral con la emisión de un conjunto de DNU-decreto de necesidad de urgencia, iniciando el desguace del Estado argentino con la imposición de 300 reformas en un solo decreto. Solo este primer DNU levanta 90 puestos en libertad económica del país. No negociamos nada, aceptamos sugerencias. ¡La verdad no se negocia, se muestra! Dejo claro que hice lo que tenía que hacer, ahora el Congreso debe estar a la altura de los cambios y debe decidir.
¿Su resultado? En solo un mes y medio de ser presidente, Milei renegocia un préstamo con el FMI de USD 4.700 millones en horas, la negociación más rápida de la historia del FMI. Su aceptación está en niveles nunca vistos entre el 70-80%. Los mercados internacionales reaccionaron muy positivamente. En el Foro Económico de Davos recibió el récord histórico de más de 60 invitaciones para reuniones personales con un mandatario argentino. Elon Musk, el hombre más rico del mundo, con una fortuna superior a los USD 232.000.000.000, retuiteo los discursos de Milei, siendo leído por más de 60 millones de personas. El Congreso que debe aprobar o rechazar el DNU está contra las cuerdas, la oposición esta desconcertada. En la Argentina, que tiene una fuerte industria de piqueteros coordinados por los grandes sindicalistas (brazo ejecutor de la política corrupta), Milei los enfrenta y ordena: ¡El que corta las calles no cobra! ¡El que pisa el asfalto se va preso! ¡El funcionario público que vaya a una manifestación, no cobrará su salario de ese día!
No hay medias tintas. Su postura es clara y firme. Sinceridad absoluta. A ese tipo de personas, que conforman la casta política cobarde y retorcida, le tienen terror. El resultado está por verse, pero en palabras de Milei: “La diferencia entre un genio y un loco es el éxito”. Cabe esperar que le salga bien a los hermanos argentinos, y que el coraje de Milei contagie a los gobernantes paraguayos.
Luigi Picollo, socio del Club de Ejecutivos.
