Los pobladores de Limpio deben “pescar” por algo de agua toda la noche para juntar con suerte en algunos baldes para abastecerse durante toda la jornada.
Hay casos en que los vecinos salen con sus vehículos a rebuscarse en otros barrios solidarios para contar con apenas un poco del líquido vital.
“Con este calor es insostenible, tenemos criaturas enfermas, tenemos adultos enfermos, el señor de la aguatera no hace caso, llamamos y no atienden”, se quejó Dahiana Chaparro a través de Telefuturo.
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Dijo que todo empezó aproximadamente el 2 de enero y que apenas minutos dura la provisión en algunos momentos del día.
“Nos vamos y el señor (el dueño de la aguatera) nos toma como burla, nos dice que juntemos en balde, que veamos tanque, que nosotros estamos obligados a pagar el mínimo. Está bien, una maravilla, vamos a pagar el mínimo que nos indique, pero así también necesitamos el agua”, reclamó.
A su vez, Graciela Ramírez comentó que un camión sistema estuvo paliando en parte la situación, pero advierte que “eso no es vida”, refiriéndose al acceso al agua como un derecho humano esencial, reconocido así por las Naciones Unidas.
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Paraguay es miembro del organismo y como tal está obligado a cumplir los mandatos. Además, tiene leyes nacionales respecto a este derecho. En el país, la provisión de agua potable se da a través de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay, juntas de saneamiento y aguateras privadas.