Choco era un perro de raza caniche y que pertenecía a una familia que vive en el barrio San Marco de Limpio, en el Departamento Central.
El can era compañía y parte del tratamiento de un niño con autismo y perdió la vida al recibir una fuerte descarga eléctrica.
La familia acusa a un vecino de haber electrocutado al peludo, que falleció de forma inmediata al no resistir, informó Telefuturo.
El hecho quedó grabado en imágenes de circuito cerrado y los dueños de Choco solo piden justicia.
El caniche y otro perro más grande estaban recorriendo un terreno y fue allí donde entró en contacto con un alambre con corriente eléctrica.
Mientras que el otro perro salió corriendo, Choco quedó tendido en el sitio.
El padre del niño solo pide que se dé la detención del hombre, ya que no es la primera vez que realiza este tipo de hechos.
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“Primero ingresa mi perro (al terreno) y él nota eso (el vecino) y por lo visto le pone corriente eléctrica al alambre que tendió como trampa para mi perro intencionalmente y eso lo tengo comprobado”, expresó.
El hombre dijo que esta situación ya llegó al límite y consideró que acabar con la vida de una mascota es criminal.
“Esto ya llegó al límite, porque matar a una mascota es algo criminal. Yo tengo un hijo autista y Choco era su terapia, y esta persona le metió electricidad a mi perro y le asesinó, y siento mucho”, señaló entre lágrimas y con mucho dolor.
El artículo 38 de la Ley 4840 establece hasta dos años de prisión o multa en caso de que un animal resultase muerto; así como la prohibición de adquirir o poseer otros animales por un plazo que podrá ser de hasta 10 años.
La pena carcelaria es aplicable también para quienes maltratan física y psicológicamente.
Se consideran, además, los casos de zoofilia y abandono, la cría y la comercialización de animales sin licencia ni el permiso correspondiente.