Me llamo María Beatriz Genes Melgarejo actualmente tengo 39 años y resido en la ciudad de San Lorenzo. Soy sicóloga con especialización laboral y orientación educacional. Tengo habilitación pedagógica, didáctica universitaria, también estoy especializada en Gobernabilidad, Gestión Política y Pública y actualmente estoy culminando Liderazgo Político Estratégico.
Soy presidenta en Junior Chamber Internacional Asunción (JCI), que es una federación mundial de jóvenes líderes y emprendedores que ofrecen oportunidades que empoderen a las personas para crear un cambio positivo en sus vidas y formo parte del grupo hace 15 años.
Desde el 2010 formo parte de la organización y todo comenzó con una invitación que me hicieron para asistir a una capacitación de planificación de proyectos y a partir de ese curso, nunca más me despegué de JCI y como yo siempre digo, es mi escuela de vida y de formación. Para llegar al cargo de presidenta atravesé muchos desafíos.
Siempre soñé en algún momento llegar a la presidencia, pero siempre pensaba que para ello tenía que prepararme profesionalmente y no fue fácil. Tenía trabajos de medio tiempo para poder dedicarle mucho tiempo a mi estudio y a la organización misma, tuve que hacer muchos sacrificios porque sabemos que a nivel laboral, los jóvenes pasamos muchas veces por trabajos esporádicos, con los cuales tenemos que tratar de sostener nuestra economía y llevar adelante nuestros proyectos porque lastimosamente, es nuestra realidad.
Somos muchos jóvenes en Paraguay y la oportunidad es escasa a nivel laboral, pero me sigo capacitando y esforzando. El camino fue difícil, pero siempre uno encuentra un espacio en el cual puede cumplir su objetivo.
En la organización se realizan proyectos, programas a nivel nacional e internacional, eventos, actividades de recaudación, capacitaciones para los jóvenes permanentemente.
En JCI formamos a los jóvenes para que sean líderes y emprendedores porque tenemos todas las herramientas que se necesitan para que un joven pueda liderar en el área en el cual se está desempeñando, ya sea en un ambiente laboral, religioso, político, una organización externa, entre otros. Es decir, en nuestra organización todo lo que se aprende las personas lo llevan a la práctica y lo aplican en la sociedad. Por ejemplo, tenemos varios líderes que son concejales, diputados, gobernadores que se formaron con nosotros y llegaron lejos.
Con todo este proceso de aprendizaje yo dejé de pensar solo en mí y me preocupé más por los demás, por hacer cosas que puedan ayudar a mejorar la vida de otras personas, de hecho, es algo que en lo personal siempre hago.
Suelo visitar las cárceles, a las personas que están enfermas y que están pasando por dificultades, porque trato de brindarles siempre un valor la persona y que pueda mejorar su bienestar, su calidad de vida, inclusive les asesoro a las personas porque dentro de mi profesión me ayuda bastante a ayudar a otros a cumplir sus sueños y lograr sus objetivos y es una satisfacción enorme para mí.
Me siento muy orgullosa de formar parte de la organización en la cual pasé por muchos momentos emotivos. Uno de ellos fue poder participar de la conferencia de las Américas en Paraguay y recibimos aproximadamente 600 jóvenes de todo el mundo. Fue una experiencia demasiado linda para mí porque fue la segunda oportunidad de conferencia que tuve dentro de la organización.
MOMENTO CRÍTICO
Cuando empezó la pandemia del Covid atravesé por un momento muy duro, tuve que dejar de lado la organización ese año porque tenía que velar por mi salud.
Yo tuve un tumor y me tuvieron que operar y me extirparon como un kilo de tumores y bajé 18 kilos. Los médicos también me quisieron sacar algunos órganos y gracias a Dios no pasó eso. Hace tres meses me volví a operar, pero ya era una cuestión menos delicada. Son situaciones que muchas veces se te presentan en la vida y con las cuales uno tiene que aprender a saber qué acciones va a tomar.
Yo había considerado que ya estaba totalmente sana porque es algo que yo siempre trabajé con la mente, con la medicina alternativa, entonces esa enfermedad la manejé bastante bien, hasta que ya no había forma y al final me tuve que operar.
Atravesé ese proceso que no quería y sentía temor, pero gracias a Dios, hoy estoy bien de salud e inclusive hace poco tiempo el doctor me dijo que no necesito tratamiento ni medicación.
Volví a superar un obstáculo demasiado grande y que muchas veces es muy crítico porque uno como joven veces se siente solo, pero nunca me rendí y salí adelante. El dolor es parte del proceso y del aprendizaje y es algo que te ayuda también a trascender por sobre todas las cosas en la vida.
MENSAJE DE SUPERACIÓN
Otro desafío muy grande que tuve fue subirme a una montaña por primera vez en mi vida en la ciudad de Cusco. Yo tengo un problema congénito del corazón y recuerdo que personas del grupo que estaba conmigo me dijeron que no podía subir por ello, pero a pesar de la negatividad de los guías y de toda la respuesta de ellos, yo dije sí, y que podía hacerlo.
Soy una persona cristiana y tengo mucha fe en Dios, pero yo les dije que Dios no me iba a dejar sola. Pude subirme y llegué una hora más tarde de las otras personas, pero llegué a la cima y fue un momento muy emotivo y de superación en mi vida y fue un proceso muy grande para mí, pude trascender a pesar de la dificultad, pero lo logré y nunca me rendí.
El hecho de haber estado en la organización por muchos años me brindó enseñanzas de vida y es lo que te permite tomar ese tipo de desafíos. Actualmente, pienso que las únicas limitaciones están en la mente. Nadie te puede decir que no porque vos sabés que podés llegar lejos y quiero siempre inspirar a los jóvenes a cumplir sus sueños.
Les insto a que siempre se arriesguen y que den lo mejor de sí y, por sobre todo, que hagan lo que les gusta, no lo que les ofrece la sociedad, el vecino, el papá, la mamá, sino lo que realmente les gusta de corazón, porque el que hace lo que le gusta, como dice una frase, está benditamente condenado al éxito.