Paraguay se sumó a los países de la región que tuvieron un quiebre con la cooperación de la agencia de Estados Unidos. La Secretaría Antidrogas resolvió terminar la ayuda alegando que queda a cargo de la Policía Nacional.
En otros países la medida fue brusca. Entre el 2005 y 2008, Venezuela y Bolivia anunciaron la expulsión de la Administración de Control de Drogas (DEA, en inglés) de sus respectivos países.
En el 2014, algo similar sucedió con Ecuador, pero a diferencia de los otros países, la agencia norteamericana expulsada fue la Oficina de Asuntos Internacionales sobre Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL), también dedicada al combate al narcotráfico, pero dependiente del Departamento de Estado y no del de Justicia como ocurre con la DEA.
No obstante, Ecuador retomó rápidamente vínculos con el país norteamericano desde el 2018, solo cuatro años después, con la cooperación en varios campos como la capacitación, entrenamiento, sostenimiento y apoyo logístico, educación militar profesional, entrenamiento de vuelo, lucha contra el terrorismo, entre otros.
Venezuela. En agosto del 2005, Hugo Chávez, entonces presidente de Venezuela, acusó a la DEA de “apoyar al narcotráfico” en este país sudamericano y de “hacer inteligencia contra el Gobierno”, por lo que Caracas decidió hacer un rompimiento con los acuerdos con la agencia.
“La DEA no es absolutamente necesaria para la lucha en contra del tráfico de drogas. Hemos detectado infiltración de inteligencia que amenazó la seguridad nacional y la defensa”, había afirmado.
En noviembre del 2011, seis años después, el ministro venezolano del Interior, Tareck El Aissami, acusó a la DEA de “estar al servicio del narcotráfico” y defendió que su país ha “duplicado” las incautaciones de narcóticos desde que se “deslastró” de esa dependencia norteamericana.
“La DEA es un cártel al servicio del narcotráfico. Hemos duplicado las incautaciones y hemos detenido más de 60 jefes importantes de organizaciones dedicadas al tráfico ilícito de drogas”, añadió el funcionario, al referirse a los resultados en esta materia desde que el presidente venezolano, Hugo Chávez, “se deslastró”, de la DEA.
Bolivia. En noviembre del 2008, el presidente boliviano, Evo Morales, anunció la suspensión indefinida de las operaciones de la DEA en Bolivia luego de acusarla de “espionaje”. Esto se produjo pocos meses después de expulsar al embajador norteamericano en La Paz, Philip Goldberg.
El entonces ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, en entrevista con la televisión estatal, aseguró que entre los recursos de la DEA “bastante dinero fue desviado a actividades conspirativas, a actividades desestabilizadoras” contra el Gobierno.
Dos años después, en enero del 2011, el ministro de Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, afirmó que la DEA no volverá a operar nunca más en el país. “Quiero aclarar que la DEA no vuelve a Bolivia. Quiero que quede claro este tema para no entrar en ninguna especulación. Así de claro, concreto y conciso: La DEA no vuelve más a Bolivia”, expresó en rueda de prensa.
En noviembre de ese mismo año, tras la firma de un convenio entre el país latinoamericano y el norteamericano, Evo Morales volvió a descartar la posibilidad del retorno de la DEA.
Ecuador. En mayo del 2014, William Brownfield, entonces subsecretario de Estado y jefe de la Oficina de Asuntos Internacionales sobre Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés), anunció que la INL se iba a retirar de Ecuador a finales de setiembre.