El Colegio San Francisco es otro de los tantos centros educativos que se encuentran acechados por la venta y consumo de estupefacientes, así como de usuarios conocidos como chespiritos que merodean el lugar, según denuncian los pobladores del barrio modelo San Francisco de Zeballos Cué, Asunción.
“Es una vergüenza que dejen que un colegio de primer nivel y muy moderno esté rodeado de chespiritos, hasta colectivos prometieron que iban a entrar y no cumplieron”, cuestionó un poblador que prefirió el anonimato.
El hombre relató que tuvo que invertir en instalar tejidos de alambre, rejas y cámaras de circuito cerrado en su vivienda, cansado de la inseguridad ocasionada por los adictos a drogas. “Todas las noches es un problema con los chespiritos; ellos empiezan a circular desde las 00:00 hasta las 03:00 o 04:00 de la mañana”, detalló el vecino.
Indicó que antes de instalar las rejas en su casa, no podían tener ni planteras, porque llegada la noche ya desaparecían. “Sacaban y llevaban a vender por cualquier mil o dos mil’i, algo que nos costó más para embellecer la casa”, se quejó el hombre.
Comentó también que como la vivienda no tiene espacio para garaje, deja su camioncito frente a su casa y que todas las noches le saca la batería por temor a que le roben el móvil. “Para estar seguro le pongo cadenas con candado al (neumático de) auxilio, porque hace unos meses ya me lo robaron”, contó. Igualmente, dejo en claro que en el barrio hay personas muy buenas y que no es como todos dicen que es “un desastre”.
“La delincuencia a veces hay, igual que como en todas partes, así como la venta de drogas, porque todas las noches circulan motos, los chespiritos entran y salen, no se quedan ellos y además hay reducidores, quienes compran los productos robados”, explicó.
Focos de venta. Una joven pobladora apuntó que un lavadero de vehículos de fachada es un punto de venta de drogas al menudeo en el lugar, que varias veces ya fue denunciado el hecho, pero sigue operando impunemente.
La mujer también detalló sobre otro punto de venta en la zona, ubicado “en un pasillo cercano al Club General Caballero”. Ese pasillo está ubicado sobre la calle Profesor Miguel Rojas y son varios los pobladores que coinciden en sus reiteradas denuncias a ese foco de venta de drogas, pero todo sigue igual.
Complejo. Al respecto, el director de Comunicación de la Senad, Francisco Ayala, mencionó que la lucha contra el microtráfico en el barrio San Francisco es muy compleja, ya que así como “hay gente dedicada a las actividades ilícitas, también hay gente muy buena y trabajadora, chicos y estudiantes decentes que están esforzándose día a día, entonces uno no puede ir a hacer una redada y meterlos a todos en una misma bolsa porque esa no es la solución”.
Según el vocero de la Senad, la única solución es fortalecer las instituciones que tienen que luchar contra este flagelo.
“Eso va a pasar el día en que el Ministerio Público de Antidrogas esté más fortalecido con más fiscales, el día que la Senad tenga más agentes, ahí realmente vamos a poder hacer una lucha más fuerte y dinámica, al igual que la Policía, hoy todas las instituciones están sobrecargadas de distintos casos”, refirió.
Por último, afirmó que aunque se realicen operativos todos los días, los focos de venta de drogas se multiplican como hongos, por lo que lamentó que se trata de “una lucha muy dispareja”.
“Combatimos este mal con conocimiento”
“Felizmente, en la institución no tuvimos la experiencia de que alguno de los alumnos intente ingresar con estupefacientes ni siquiera el vaper”, aseguró la directora del turno noche del Colegio San Francisco, Diana Benítez de Recalde, encargada del área de alfabetización para adultos.
La docente indicó que la institución cuenta con cerca de mil alumnos en total, en tres turnos, a quienes brindan todas las informaciones respecto al daño que causa el microtráfico, “para que vayan abriendo los ojos”.
“Si uno tiene la información correcta se la va a pasar a su sobrino, a su nieto o a sus parientes y así tratamos de combatir este mal con conocimiento, con experiencia y con ayuda de las instituciones como la Senad, el Ministerio de Salud y otros”, dijo.