Presentada este domingo en el Festival de San Sebastián, la serie Vida perfecta, que estrenará Movistar en sus canales en Latinoamérica el próximo 18 de octubre, equilibra riesgo, humor, emoción y frescura y pone en el centro a tres mujeres en la treintena (la propia Leticia Dolera, Celia Freijeiro y Aixa Villagrán) a quienes la vida lleva a replantearse sus ideas preestablecidas en torno a todas esas cuestiones universales.
“La escritura parte de preguntas que me hago yo y que he compartido con gente de mi entorno, mujeres y hombres, sobre qué hacemos con las expectativas que nos ponemos en la vida, qué pasa si no las cumplimos o qué pasa si las cumples y una vez ahí no eres feliz”, explica la actriz, guionista y directora.
“Son preguntas que tienen que ver con cómo nos relacionamos y cómo encontramos nuestro lugar en el mundo, a veces lleno de tabúes o cosas que nos da miedo compartir; la serie quiere ponerlas sobre la mesa y aportar luz a estos temas complejos internos”, precisa.
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Escrita junto a Manuel Burque, Vida perfecta tiene como protagonista a María (Dolera) una mujer con un gran autocontrol cuya vida se ve trastocada cuando su novio la deja por su excesiva rigidez.
Villagrán da vida a su hermana, Esther, pintora y lesbiana, una mujer liberada pero que al rozar la cuarentena se encuentra con que su entorno la señala con el dedo por su falta de estabilidad laboral y familiar.
Y Freijeiro es la otra cara de la moneda, la “superwoman”, la mujer que ha cumplido con éxito todo lo que la sociedad esperaba de ella –una carrera brillante, dinero, dos hijas, un marido exitoso con quien sigue manteniendo relaciones sexuales– y sin embargo no es feliz.
La serie trata temas universales pero, al poner a tres mujeres como protagonistas, “hay un punto de vista que crea una perspectiva más de genero”, admite su creadora. Los personajes masculinos son secundarios aunque aparecen retratados con acierto, especialmente el que interpreta Enric Auquer, actor revelación del 2019, pero también los de David Verdaguer, Font García y Burque.
A Dolera le preguntan mucho sobre la manera en que sus personajes viven la sexualidad. “Las tres tienen una vida sexual activa, como las mujeres que conozco, se masturban, a veces se corren y a veces no, una tiene relaciones esporádicas, otra en pareja”, dice. “Son sujetos deseantes y no objetos de deseo”.
Pero a ella le interesa más reflexionar sobre el éxito. “Nos educan creyendo que tu trabajo es lo que tú eres, te identificas con tu profesión y con lo que te ganas la vida, se dice ‘qué vas a ser mayor’, y no ‘a qué te vas a dedicar’, cuando en realidad puedes ser muchas cosas”, señala.
Sobre el auge del feminismo en las conversaciones públicas y en la agenda política, Dolera subraya que es importante entrar en contenido y no desgastar el término.
“Que no se use el feminismo como bomba arrojadiza para extremarlo todo o para ganar votos. No tenemos que desfallecer y es importante que esta ola feminista se cristalice en medidas políticas que nos ayuden a transformar la sociedad”, advierte.
Vida perfecta se ha vendido ya a otros países como Alemania o Francia y Dolera no descarta que pueda tener continuidad porque “no es una serie centrada en la peripecia sino en los personajes y su arco emocional”.