En Estados Unidos, dicen las noticias “colapsó un banco”, o quizás dos o tres, nombres de los que nunca oíste hablar como Silicon Valley Bank, Signature Bank, y pueden caer algunos más, pero representan una pequeña parte de los depósitos. El Gobierno americano interviene, dice que hay garantías para los depositarios que recuperarán todo su dinero, no así los accionistas ni los bonistas de esos bancos, quienes, con cierta lógica capitalista, soportarán las pérdidas.
Hasta ahí las noticias que se leen estos días. Funcionarios de Gobierno en Washington DC trabajando en fin de semana, un clima de crisis que no se veía desde la quiebra del banco Washington Mutual en 2008. ¿Qué va a pasar cuando ‘baje la espuma’ y se calmen un poco más las cosas? ¿Cómo nos va a afectar en Paraguay?
Tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, o más cerca en Brasil, lo primero que va a pasar es que se le va a hacer muy difícil a la Reserva Federal y Bancos Centrales seguir aumentando las tasas de referencia. Similar situación para el BCP, como comentamos el 6 de febrero en nuestro artículo Tasas voladoras.
Lo segundo es mucho más serio. ¿Qué pasa cuando hay pánico y corrida bancaria? Los bancos necesitan más dinero para atender retiros de depósitos. Por lo tanto, tienen que pagar tasas de interés atractivas a sus ahorristas para que no saquen sus depósitos del banco y reducen su cartera de préstamos. Menos préstamos de los bancos, más sufrimiento para las empresas, especialmente las pequeñas, que sufrirán por falta de liquidez. Si ocurre esto, el soft landing de las tasas altas de inflación que quieren los bancos centrales se complica. Estados Unidos se está acercando a una recesión. Y posiblemente otros países también. Recesión con inflación.
¿Y en Paraguay? Bueno… aquí estamos bien, pero nuestros hermanos mexicanos tienen un dicho simpático: “Cuando Estados Unidos se resfría, México se agarra pulmonía!”. Me dirás, querido lector, que Paraguay está lejos de México y que una recesión en Estados Unidos no nos debería afectar. Mirando las dos últimas grandes recesiones americanas, la de 2002 y la del 2008, la primera nos afectó bastante y la segunda menos.
Es cierto que nuestro sistema bancario, financiero y la bolsa es mucho más sólido hoy que 20 años atrás. Pero veamos con atención la causa de la caída de los bancos en Estados Unidos hoy: no sufrieron pérdidas reales por invertir en fantasiosas empresas ‘dot.coms’(2002) o en instrumentos exóticos fraudulentos de securitization de hipotecas como en el 2008.
La crisis, que se llamará Crisis del 2023, se desató porque los bancos invirtieron sus depósitos en instrumentos financieros seguros, de largo plazo y sin hedge o cobertura. Al subir las tasas de referencia de la Reserva Federal, los bancos comenzaron a sufrir pérdidas contables por su mark to market, la marca a mercado de sus inversiones en instrumentos financieros: bonos del Tesoro, bonos de agencias de Gobierno.
Estas son pérdidas en papel o contables. El tiempo cura todo, mantener esos bonos en cartera les permitiría recuperar 100% de su valor. Pero los ahorristas quieren su dinero ya, y no quieren esperar.
Y en Paraguay, ¿tenemos una buena ‘marca a mercado’ de activos financieros? O pretendemos que valen lo mismo que cuando la tasa de referencia del Banco Central de Paraguay estaba a 2,5% y ahora está a 8,5%? Si en Paraguay, una institución financiera debe liquidar sus tenencias financieras, como bonos, letras de Tesorería o certificados de depósito, en el evento de una demanda inusual y sostenida de sus clientes: ¿podría venderlos al precio que están en sus libros? La respuesta es “no sabemos”. Y no saber, genera miedo.
Nuestras prácticas de valuación de activos necesitan actualizarse.
Te dejo la inquietud, mi querido lector, para que lo pienses. No veo riesgo de pánico ni de crisis en nuestro país, pero sí creo que Paraguay tiene que aprender de la desgracia de otros, y acostumbrarse a revaluar bien y frecuentemente sus activos, para poder seguir creciendo y desarrollando sus mercados de capitales.
¡Hasta la próxima!