La pintura retrata a una viuda y sus tres hijos en un estilo expresionista marcado por cuerpos deformados y colores sombríos, que Lasar Segall pintó en 1920 tras una visita a su ciudad natal, Vilna, donde percibió la destrucción que la Primera Guerra Mundial dejó en Europa.
En 1937 el gobierno de Adolf Hitler confiscó de los museos 16.000 obras de arte cuyo estilo no encajaba en los cánones de perfección y armonía que propugnaba el régimen, en su mayoría de estilo vanguardista, como el cubismo o el expresionismo, entre las que figuraban alrededor de 50 obras de Segall.
Ese mismo año el gobierno nazi mostró al público alemán 650 de esas obras, incluyendo La viuda, en una exposición de “Arte degenerado” en Múnich, con el objetivo de condenar ese tipo de expresiones artísticas.
“Los nazis querían un mundo limpio y perfecto, así que trataron de destruir todo este legado, pero antes quisieron mostrarlo al pueblo alemán para difamar a los artistas y descalificar a las obras”, afirmó Paulo Pina, director del museo Lasar Segall donde se expone actualmente el cuadro.
Sagall se mudó de Alemania en 1923 debido a las difíciles condiciones de vida y se estableció en São Paulo, Brasil, donde continuó su producción artística en varios formatos e incluso intentó recuperar las obras confiscadas por el régimen nazi.
Como muchas de las piezas que escaparon de ser destruidas por los nazis, La viuda desapareció durante más de ocho décadas hasta que un galerista brasileño la encontró en una subasta en Francia y la compró.
Ahora, la pintura se puede contemplar en el interior de la que fue la casa de Lasar Segall durante más de 40 años en São Paulo y que, tras su muerte, fue convertida en un museo sobre su vida y obra.
El director del museo afirma que contar con esta obra es “una realización” y resalta la importancia de mostrarla al público en un momento en el que vuelven a emerger “ideas de inspiración fascista y de intolerancia”.
Sin embargo, el director del museo defiende que esta y todas las obras confiscadas por el nazismo, deberían volver a sus museos originales, a donde lamentablemente “nunca más volvieron”.
En el caso de La viuda se trata del Folwang Museum, ubicado en la ciudad alemana de Dresden, donde Segall comenzó a desarrollar su estilo personal y fundó un grupo para expandir el arte expresionista.
La exposición Witwe (Viuda) también cuenta con varios grabados que Segall produjo en la misma época y que también giran en torno al drama humano de la posguerra, uno de los temas principales de su obra.
Fuente: EFE