03 may. 2025

Volvé, general

Por Arnaldo Alegre

Volvé, general. Paraguay no es lo mismo sin vos. Antes nadie discutía sobre los precios, la corrupción, la reelección, ni siquiera del calor. Básicamente, nadie discutía de nada, gracias a los buenos oficios de Brítez Borges, Kururu Pire y Pastor Coronel. Ellos eran los verdaderos formadores de opinión.

Volvé, general. Ahora todos roban. Antes solo tus amigos y correligionarios robaban. Actualmente hasta los liberales lo hacen. Lo que pasa es que en tu época había un solo jefe de la mafia: vos. Ahora, cualquier diputadito de morondanga ya arma su rosca, sin autorización de ningún padrino, y se dedica a alzarse con el Estado.

Volvé, general. Vos solucionaste el tema de las elecciones. Ganabas por los porcentajes que se te antojaban sin necesidad de gastar millones en internas o soportar soporíferos debates presidenciales. Y sobre la reelección —perdón, tu reelección—, nadie discutía. Ahora hasta hay colorados que no quieren la reelección. Jamás se vio semejante caradurez.

Volvé, general. Hay un invento que se llama Facebook y las yiyis se ofrecen para el “ya tú sabes”. No vas a necesitar de Perrier ni de ningún otro caficho. Pero tené cuidado, ahora estas criaturas tienen derechos y siento decirte que acostarse contigo no es uno de ellos.

Volvé, general. Antes solamente tu Ejército mataba a los zurdos; ahora hasta los zurdos tienen ejército y, lo peor, matan a cualquiera.

Volvé, general. La Policía no aprendió. Se volvió mucho menos autoritaria y más eficiente, sobre todo cuando le conviene, pero el servilismo ramplón de los comisarios para con el poder político nunca cambió. Es que los 35 años de tu ilustre gestión dejaron escuela.

Volvé, general. Aunque no lo puedas creer, no hay más el servicio militar obligatorio. Los pobres generales tienen que barrer sus casas, cocinar sus comidas y cuidar a sus hijos porque se esfumaron los soldaditos, otrora encargados de tan noble tarea, vital para el enriquecimiento de la patria y de los generales.

Volvé, general. Solamente faltás vos. Después nadie se fue. Muchos parientes tuyos siguen disfrutando del fruto de tu espolio y los hijos de tus antiguos amigos están en muchos cargos claves. Tu partido sigue mandando, pero sueña con que aparezca otro dictador para darle sostén político y sacar provecho.

Volvé, general. La nostalgia infantil de algunos que te conocieron, la ignorancia de los que no y el interés espurio de unos vivos pretenden darte una grandeza que nunca tuviste.