Stroessner, para llegar al poder, se deshizo antes de los rivales que tenía en el propio Partido Colorado. Debilitó sectores encabezados en ese entonces por el ex presidente de la República Federico Chaves y Epifanio Méndez Fleitas. Logró la expulsión del primero, pese a que en su gobierno logró un ascenso meteórico en las Fuerzas Armadas y forzó el exilio del otro, a pesar de que lo alió a su equipo.
¿En qué se parece esto a lo que ocurre hoy en la ANR? ¿A dónde fue a parar el abdismo, Fuerza Republicana, y qué hacen aquellos congresistas colorados independientes?
Al puro estilo stronista, el dirigente abdista Gerardo Soria fue expulsado del Partido Colorado porque criticó a Cartes en declaraciones a la prensa.
En este paralelismo traigo a colación la síntesis que hizo el británico Andrew Nickson sobre el régimen de Stroessner en un capítulo de Historia del Paraguay, de la editorial Taurus.
El autor resumió la dictadura en tres etapas. Llamó fase de consolidación, al periodo de 1954 a 1967; de expansión, de 1968 a 1981, y de descomposición, del 82 al 89.
El autor llamó stronato al sistema de gobierno.
Nickson recuerda en su obra cómo Stroessner apartó a opositores colorados para llegar al poder y los severos castigos que impuso, enviando a la mayoría al exilio. Incluso, disolvió el Congreso luego de que se le retiró el voto de confianza por reprimir a manifestantes.
En este sentido, el británico agregó que Stroessner logró la reelección ilimitada vía enmienda constitucional en la década de los 70 y que en protesta se unieron los liberales, demócratas cristianos y colorados antistronistas del Movimiento Popular Colorado (Mopoco). Sin embargo, esta fuerza no fue suficiente, era muy limitada.
“El descontento social fue despiadadamente aplastado”, resaltó.
Entre el pasado y hoy, ¿cuál es la diferencia? Probablemente, que aún es posible evitar una dictadura cartista, ya que a menos de un año del nuevo gobierno, los colorados volvieron a la carga con el tema de la enmienda y reelección, que postergó Cartes en 2017.
Andrew Nickson también comentó que el stronato tenía a sus leales, que eran neocolorados conocidos como militantes. Estos eran disidentes de los tradicionalistas y éticos. De hecho, casi en la última fase de la dictadura, coparon la ANR, las instituciones públicas y utilizaron su patronazgo político para ofrecer puestos a cambio de apoyo político. Además, acusaron a la Iglesia de “difundir la teología de la liberación” y a Estados Unidos de “interferencia imperialista” cuando mostraron señal de oposición.
¿Los colorados cartistas repiten la historia?
Una frase sostiene que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.
No está de más recordar acontecimientos de iguales características a hoy para que no se vuelva a la dictadura. El país está a un paso.