En una entrevista con el programa AAM, emitido por Telefuturo, el ex funcionario del Ministerio de Hacienda señaló que el fanatismo es una herramienta que utilizan los políticos para incitar a la población a una determinada causa, y que fue esta una de las motivaciones que lo llevaron a cometer los actos por los que fue condenado a prisión.
Al recordar el momento en que realizó los disparos, dijo que se sintió confundido, y que su acción fue producto de la emotividad del momento. “Yo no fui a querer matar. Estaba inducido emocionalmente pensando que estaba pasando algo grave y anticonstitucional. Estaba disparando por sobre sus cabezas”, expresó.
Recordó que al verse en los medios de comunicación buscó inmediatamente un abogado para tomar la responsabilidad por lo que había hecho. “Pensé que era una pesadilla, que no era yo el que estaba ahí. Fue algo que me impactó, pero no puedo negar mi imagen, aunque no podía entender lo que estaba pasando”, refirió.
Disculpas
En otro momento de la entrevista pidió disculpas por sus hechos, destacando además sus deseos de no repetir un conflicto semejante. “Quiero aprovechar para pedir disculpas por hechos que cometí que pudieron haber afectado a sus familiares. Y decir que no permitamos más casos como el marzo paraguayo, no seamos más utilizados por los políticos que se valen de los ciudadanos que muchas veces no tenemos consciencia de cosas que están por encima de nuestros entendimientos”, aseguró.
Dijo finalmente que, como todo ser humano, él también tiene derecho a equivocarse, y que si eso conlleva un castigo “debemos cumplir esa pena”.
Creo que después de cumplir eso merecemos la reinserción a la sociedad”, concluyó.
Por su parte, la señora Gladys Bernal, una de las mujeres que perdió a su hijo durante la gesta, respondió a las declaraciones de Gamarra repudiando “las balas criminales” del arma que utilizó. “Este es el resultado que vos dejaste. Y ahora queres pedir perdón. Dios no quiera que te cruces delante de una familia que lastimaste”, expresó.
Marzo paraguayo
Ocho jóvenes muertos y 769 personas heridas fue el saldo que dejaron los enfrentamientos ocurridos entre el 23 y el 29 de marzo de 1999, en lo que se conoció como el Marzo paraguayo.
Tras el asesinato del entonces vicepresidente Luis María Argaña, miles de jóvenes coparon las plazas y culparon del hecho al entonces general retirado Lino Oviedo, quien fue liberado gracias a una resolución de la Corte.
Las escaramuzas entre policías, manifestantes antioviedistas y un grupo de oviedistas que se habían llegado para dar su respaldo al gobierno de Cubas duraron hasta la noche del jueves 25 y madrugada del viernes 26, cuando francotiradores situados en los edificios aledaños al Congreso asesinaron a manifestantes antioviedistas.