Se trata de la primera victoria judicial de Weinstein desde que este año quedara en libertad bajo fianza tras ser acusado de violación y abusos sexuales por las autoridades de Nueva York.
Lucia Evans era una de las tres mujeres cuyas alegaciones fueron utilizadas por las autoridades neoyorquinas para proceder a la detención del productor cinematográfico, cuyo supuesto historial de abusos estuvo en el centro del nacimiento del movimiento #MeToo.
Según su testimonio, Weinstein la forzó en 2004 a practicarle sexo oral durante una reunión para discutir un posible trabajo como actriz.
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El cargo vinculado a su acusación, sin embargo, queda ahora fuera del caso, después de que la Fiscalía y el juez aceptasen este jueves retirarlo a solicitud de la defensa.
Los abogados de Weinstein alegaron con éxito que durante el proceso se habían ignorado posibles pruebas exculpatorias, incluidos correos electrónicos de Evans que supuestamente demostrarían que la relación había sido consentida.
Según la defensa, esos documentos nunca se mostraron al gran jurado que decidió imputar a Weinstein.
En declaraciones a los periodistas, el abogado del cineasta, Benjamin Brafman, insistió en que Evans mintió durante la investigación y aseguró que debería enfrentarse a la Justicia por haber cometido “perjurio”.
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El letrado acusó además a los fiscales de haberse precipitado y haber cedido a presiones para arrestar al productor de Hollywood y de solo haber investigado las acusaciones en profundidad a posteriori.
“Cuando a uno se le vilipendia en los medios, hay prisa por juzgar, lo que es ofensivo para el concepto de justicia y debido proceso”, insistió.
Además, Brafman denunció supuestas malas prácticas de un detective que participó en la investigación y que, según dijo, ha sido apartado de la misma. Según subrayó, todo lo ocurrido siembra dudas sobre el conjunto del proceso.
“Cuando una de las acusaciones principales del caso se basa en un testimonio con perjurio es algo muy grande, importante”, insistió el letrado, para quien “la integridad de estos procedimientos ha sido comprometida”.
Por el momento, Weinstein sigue enfrentándose a cinco cargos criminales en Nueva York, vinculados a las acusaciones de otras dos mujeres, y no está claro qué consecuencias puede tener la decisión de esta jornada.
La abogada de Evans, Carrie Goldberg, opinó por su parte que el movimiento de la Fiscalía “no invalida la verdad” de las acusaciones de su clienta y dijo que lo que demuestra es que el sistema de Justicia “necesita ser reformado”.
“La decisión de desestimar los cargos de asalto sexual de mi clienta no dice nada sobre la culpabilidad o inocencia de Weinstein, ni tampoco sobre la consistente alegación de Lucia de que fue atacada sexualmente por la fuerza por Harvey Weinstein”, apuntó en un comunicado.
Goldberg acusó a los fiscales de haber fallado en su gestión del caso y de haber utilizado a la víctima, abandonándola ahora a su suerte.
“La gente se pregunta por qué las supervivientes de asaltos sexuales no van al sistema penal. Esta es la razón”, recalcó.
Weinstein, que en todo momento defendió su inocencia, se enfrenta a un castigo máximo de cadena perpetua en caso de ser hallado culpable.
Este mes, precisamente, se cumplió un año desde que The New York Times destapase su amplio historial de abusos sexuales, que incluye acusaciones de ataques y acoso por parte de más de 80 mujeres.
Ese pasado se recogió en detalle en otro artículo publicado poco después por la revista The New Yorker, en el que aparecía publicado el testimonio de Evans, entre otras mujeres.