Y el humor no es fácil, como reconoció Smith en una entrevista con EFE. “Que funcione la comedia es más complicado que el drama, que es un lenguaje universal”, dice el actor sobre su vuelta a la pantalla con una nueva entrega de una película en la que vuelve a estar acompañado por Martin Lawrence.
“El drama es completamente universal, mientras que un triunfo de la comedia es más complicado porque funciona en grupos específicos y también tiene barreras como el lenguaje”, explica Smith al hablar de Bad Boys: Ride or Die, una película que continúa la historia iniciada hace casi 30 años.
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La primera Bad Boys (1995) sentó las bases del género “buddy cop”, en el que dos agentes trabajan juntos para resolver un crimen y desarrollan una gran amistad.
Desde entonces se estrenaron otras dos entregas: Bad Boys II (2003) y Bad Boys for Life (2020), que fue la primera en la que los belgas Adil el Arbi y Bilall Fallah se convertían en directores, tomando el relevo del Michael Bay.
Unas películas que se sostienen en la química entre los dos actores protagonistas, un elemento imposible de forzar.
“Es difícil saber de dónde viene la química con alguien. A veces conoces a una persona y desde ese primer momento sabes que vais a encajar, que la chispa está ahí sin que se controle, porque simplemente surge”, explica Smith sobre su complicidad en pantalla con Lawrence.
Una conexión que “existe hasta para filmar las secuencias dramáticas”, y que llega a las salas en una última entrega que el actor define como la mejor hasta la fecha. “Sé que siempre decimos que la película que hemos hecho es la mejor, pero de verdad que esta lo es por todo lo que incorpora”, añade Smith.
Supone el regreso del actor al cine tras el incidente de la bofetada, por el que a Smith se le prohibió asistir a los actos de la Academia de Hollywood durante 10 años.
Eso opacó el Oscar que ese año se llevó a mejor actor por su trabajo en King Richard, y ahora, el que fuera uno de los actores más populares del cine, trata de recuperar el trono perdido.
En esta nueva entrega, Mike (Will Smith) y Marcus (Martin Lawrence) deciden investigar unas falsas acusaciones contra su mentor y excapitán, Conrad Howard (Joe Pantoliano), lo que les lleva a convertirse en fugitivos de la Justicia.
Una historia en la que Marcus deja ver su lado más humano. “Ese despertar espiritual de mi personaje, Marcus, que se cree hasta invisible y guiado por el destino, fue divertidísimo”, explica Lawrence sobre uno de los ejes de la película, un lado vulnerable de los personajes hasta ahora no visto en la saga y uno de los puntos que los directores quisieron destacar.
“Queríamos llevar la acción y la comedia a otro nivel, pero para nosotros lo que hace especial la película es el concepto de explorar las emociones y la amistad humana”, explica Adil el Arbi sobre la nueva entrega. “Necesitábamos algo nuevo que fuera especial, que conectase con una audiencia nueva”, añade.
Por primera vez, el tándem de policías protagoniza una huida, “una situación interesante y no planteada hasta ahora que le da un nuevo sabor a la película”, dice, por su parte, Bilall Fallah.
Ambos directores crecieron viendo las primeras películas de Bad Boys. “Así que continuar este legado es un sueño”, reconocen sobre un filme que trataron de adaptar a los tiempos actuales, para lo que usan algunos de los tópicos sobre los que más se habla ahora, como la inteligencia emocional, en la que ya es su segunda entrega al frente de la saga.
Fuente: EFE