En la primera velada de los doce días del certamen, algunos de los nombres más refulgentes del cine actual desfilaron con permiso de las amenazadoras nubes, que se abrieron para dejar pasar el sol y acabar con una lluvia pertinaz (qué ingenioso, redactor de EFE).
Como en todas sus películas, Allen se ha rodeado de bellezas femeninas: en este caso Kristen Stewart y Blake Lively, muy guapas en la alfombra roja, cada una con un estilo muy marcado.
Los actores se sienten afortunados por rodar con Woody Allen. No solo por el prestigio que ello les concede, sino porque, como reconocía Jesse Eisenberg (protagonista masculino de la película): “durante el rodaje para las doce del mediodía ya estábamos siempre en casa”.
“Es genial filmar con él (...). Le gusta ir rápido, no repetir demasiado cada escena. Lo que más te dice, sobre todo, es que hables muy rápido”, reveló el actor, que en “Café society” ejerce de sosías del director.
Woody Allen, que llegó al pase acompañado por su mujer, Soon-yi Previn, está de nuevo en medio de la polémica por las declaraciones de su hijo Ronan Farrow en The Hollywood Reporter en las que cargó contra él por los supuestos abusos cometidos contra su hermana Dylan.
Pese a ello, el realizador compareció en la alfombra roja con su habitual gesto serio, y allí reconoció que no le gustaría nada vivir en Los Ángeles -donde transcurre parte de su película-, aunque le gusta ir de vez en cuando.
Entre las estrellas que desfilaron por la alfombra roja, una buena dosis de latinos, que tendrán una presencia constante en el festival.
Por allí pasó Gael García Bernal, de negro riguroso, que presentará el próximo viernes “Neruda”, de Pablo Larraín.
El actor mexicano se declaró gran fan de Woody Allen, y, puesto a elegir una de sus películas, se decantó por “Everything You Always Wanted to Know About Sex × But Were Afraid to Ask”.