Una vez más el tema de conversación en la industria televisiva en Paraguay fue esta semana el “apagón analógico” o el momento en el que la TV de aire dejará de emitirse en VHF para pasar a UHF a través de la nueva norma ISDB-T.
Paraguay adoptó dicho sistema en el 2010, algo que otorgará la posibilidad de recibir TV digital en los televisores de manera gratuita en todo el país, entre otros beneficios.
Sin embargo, 11 años después, seguimos sin haberlo implementado. El ente regulador debió realizar varias tareas antes de que podamos “apagar” la actual TV de aire. Por ejemplo, instruir a la población sobre los beneficios de la nueva norma, asegurar que todos los televisores tradicionales cuenten con un adaptador para poder captar la nueva señal, o que todos los nuevos dispositivos puedan sintonizar la TV digital. Un aparato tradicional no puede captar las nuevas señales, y, si tenemos en cuenta que alrededor del 60% o más de la población tiene TV paga, quiere decir que los que no acceden a dicho servicio y que tienen menor poder adquisitivo, son los que más sufrirán un apagón televisivo, quedando sin opciones tanto de información como de entretenimiento local.
La pandemia tuvo su gran impacto en la televisión en Paraguay y en la región. La TV abierta, y en especial los canales privados, fueron el eje de la información y se convirtieron en medios esenciales para garantizar la comunicación sobre el Covid-19. Además, la plataforma que promueve a la producción nacional, es todavía una de las principales vías de acceso a una audiencia masiva por parte de los grandes anunciantes, que no logran conseguir en el mundo digital los mismos resultados. En la mayoría de países se dio un repunte en las audiencias debido a los confinamientos y a la enorme demanda de información, algo que demuestra que más allá de las múltiples opciones que tenemos hoy en día de ver contenidos, lo local tiene un enorme atractivo.
En mi opinión, y ya es algo que incluso hemos conversado con representantes del ente regulador, ya no tiene sentido seguir impulsando la norma elegida. Estados Unidos está implementando la NextGenTV, una nueva forma de ver TV por aire con antenas pero también conectados a banda ancha, que brinda nuevos beneficios, como la interactividad entre canales y televidentes.
Da la impresión que 11 años después se ha avanzado poco y nada en explicar a la gente en qué consiste la TV digital por aire, cómo recepcionarla, y hasta se ha generado poco consenso en la industria misma, para poder buscar formas de transmisión unificadas, y no que cada operador tenga que montar antenas nuevas y transmisores en todo el país.
No tiene sentido apostar a una tecnología que ya es obsoleta. El streaming es la novedad en la industria televisiva y lo que va a predominar en el futuro. El estado debe llevar adelante una política clara y bien estructurada para llevar banda ancha a todos los rincones del país. Y también garantizar acceso a los medios televisivos masivos, quizás a través de un paquete básico gratuito que otorgue señales y contenidos nacionales de alta calidad.
Hay que pensar en los próximos 5 a 10 años y saber que la distribución de todo lo referente a contenidos deberá pasar por internet. El “apagón analógico” no se debe implementar hasta que no exista dicho plan, y debemos pensar a futuro y no invertir en sistemas que no darán una solución en el corto ni mediano plazo al consumidor, sino todo lo contrario.
Hablemos de adelantos, de que nuestra población más necesitada acceda a servicios de calidad gratuitos y que este conectada al mundo al menor costo posible. Debe haber una política clara estatal con un enfoque moderno y una visión orientada en el consumidor y en el crecimiento de la producción nacional, que aporte al desarrollo económico del país.