Richart González
CAAZAPÁ
Uno de los espacios más sagrados para los pobladores de Caazapá es el Ykua Bolaños, que cautiva por sus aguas cristalinas. Cuentan que de aquí brotó el líquido gracias al milagro de fray Luis de Bolaños.
Caazapá está envuelta en leyendas, recuerdos y anécdotas de muchos hechos que marcaron la historia de esta mágica ciudad, como lo es el ykua (manantial) que hipnotiza con su brillo.
El Ykua Bolaños es una leyenda que pone de manifiesto el poder de fray Luis de Bolaños sobre la naturaleza. Según la historiadora local Margarita Durán Estragó, los indios guaraní-paranaenses se hallaban rebelados contra la dominación española desde hacía 40 años.
Vivían en pie de guerra resistiendo a la tenaz ofensiva y hasta habían dado muerte al discípulo de Bolaños, fray Juan Bernardo, cuando el sacerdote fue a predicarles la palabra de Dios.
En el año 1606, Bolaños había llegado a Caazapá, una zona habitada por indígenas. En aquella época asolaba el lugar una terrible sequía que se prolongó por unos siete años. En los primeros días de enero de 1607, fray Luis Bolaños se acercó al sitio donde hoy se encuentra el ykua y allí se encontró con indígenas, a quienes intentó evangelizar hablándoles de Dios. Estos lo habían rodeado y, en tono amenazante, le exigieron una prueba del poder de Dios.
Fray Bolaños llegó a ellos y, sin armas ni escoltas, logró la ansiada pacificación. Los indios exigieron agua porque estaban sedientos a causa de una larga sequía; Bolaños, mostrándoles una piedra, pidió que la levantaran y milagrosamente comenzó a fluir agua de aquel lugar.
Desde aquel entonces y hasta la actualidad, esas aguas no han dejado de mostrar su esencia, siendo esto corroborado por las generaciones posteriores a las que en distintas épocas de sequía el ykua proveyó agua en abundancia.
Se encuentra a unos 1.000 metros aproximadamente del centro de Caazapá, yendo por un camino vecinal que se inicia a la izquierda de la iglesia erigida en honor al patrono de la comunidad, San Pablo.
Ykua Bolaños está rodeado de un hermoso parque natural, donde la gente acude en peregrinación, buscando saciar dolencias físicas y espirituales. Se cree también que los que acuden en pareja a beber del agua del ykua quedarán enamorados para siempre.