Su cauce serpenteante, que alguna vez fue fuente de vida y recreación, ha sufrido los embates de la contaminación provocada por una creciente población y la falta de conciencia ambiental.
Sin embargo, a través del proyecto Ypotí, una iniciativa municipal con apoyo ciudadano, viene recuperando esta fuente, tramo a tramo, que desemboca en el majestuoso río Paraná.
Funcionarios municipales, en colaboración con empresas privadas llevaron a cabo la última jornada de minga ambiental del año a la altura del Km 5 Acaray, barrio María Auxiliadora. Esta acción forma parte de las 11 intervenciones realizadas durante el año en diferentes puntos críticos del arroyo.
La jornada, liderada por la Dirección de Gestión Ambiental, contó con la participación activa de estudiantes del Colegio Área 1, quienes no solo pusieron manos a la obra, sino que también se convirtieron en promotores del mensaje de preservación y cuidado del agua.
El Acaraymí ha sido víctima de la falta de gestión de residuos. Las comunidades a lo largo de su recorrido lo han utilizado como vertedero, una práctica que, en tiempos de lluvias intensas, provoca el desbordamiento del arroyo y genera inundaciones que afectan a centenares de familias.
Esta problemática ha impulsado a la Comuna local a redoblar esfuerzos en la recuperación de los cauces hídricos del Municipio.
EDUCACIÓN. A lo largo de este año, durante las mingas ambientales, además de limpiar el cauce, se llevaron a cabo visitas domiciliarias con el objetivo de sensibilizar a los vecinos sobre la importancia de proteger el arroyo.
Bajo el lema Cuidemos el Arroyo se distribuyeron materiales educativos que destacan la urgencia de cuidar el agua como recurso finito. Se brindaron recomendaciones prácticas, cómo evitar conectar cañerías de desagües al arroyo, no arrojar basura en sus aguas y preservar la vegetación ribereña.
La participación de estudiantes del Colegio Atanasio Riera ha sido un componente esencial del proyecto.
Natalia Fleitas, Arnaldo Maldonado y Lía Figueredo, alumnos del Bachillerato Técnico en Ciencias Ambientales, han encontrado en esta iniciativa una plataforma para aplicar los conocimientos adquiridos en clase. Su pasantía en la Dirección de Gestión Ambiental les ha permitido aprender sobre compostaje, producción de plantas y restauración de ecosistemas.
Natalia Fleitas compartió su experiencia personal, resaltando la problemática ambiental en su propio barrio.
“Vivo en el barrio Fátima, donde tenemos el arroyo Saltito, que está muy contaminado. Participar de esta jornada me ha hecho reflexionar sobre el valor del agua y la importancia de proteger nuestros recursos naturales”, manifestó.
DESAFÍOS. El proyecto Ypotí no se detiene aquí. Las próximas etapas contemplan intervenciones en otros tramos del arroyo, avanzando hacia el objetivo final: Llegar al río Paraná desde el barrio San Rafael.
La recuperación de Acaraymí es un desafío monumental, pero también una oportunidad para forjar una nueva relación entre la comunidad y el medio ambiente.
El intendente Miguel Prieto Vallejos hizo un llamado a los ciudadanos, instándolos a sumarse al esfuerzo de preservar los cauces hídricos de la región. “El agua es el legado más preciado que podemos dejar a las futuras generaciones. Cuidarla hoy es un acto de amor y responsabilidad”.
El proyecto Ypotí está trazando un nuevo rumbo para Ciudad del Este, donde la recuperación ambiental y la educación van de la mano, dando esperanza a un futuro donde los arroyos vuelvan a ser símbolos de vida y no de desolación.