Este año fueron seis los ganadores del concurso Colosos de la Tierra, de los cuales cinco estuvieron determinados por las medidas del árbol y el sexto fue elegido por el voto del público en la categoría “El Árbol de la Gente”.
En total, se realizó un recorrido de 3.512 kilómetros para conocer a los 23 finalistas, durante siete jornadas de expediciones, en las que se compartieron momentos de mucha emoción con las familias y comunidades, según informaron desde la organización A Todo Pulmón.
La presente edición contó con un récord de inscriptos y de especias nativas postuladas, con 597 árboles de 50 especies diferentes de los 17 departamentos y de la capital.
El árbol que se llevó el primer premio fue un Yvyra Pytã de la ciudad de Edelira, Departamento de Itapúa, que tiene una circunferencia de 7,49 metros, una altura de 40,50 metros y una copa de 43,28 metros.
El segundo puesto se lo llevó un Kurupa’y de la ciudad 3 de Mayo de Caazapá, que cuenta con 44 metros, siendo el árbol más alto de la edición.
El tercer puesto para el árbol con la circunferencia del tronco más grande del país fue para un Samu’u de Fortín Toledo, Mariscal Estigarribia, que tiene 11 metros.
El cuarto puesto se lo llevó el árbol con la copa más grande, con unas medidas de 126,4 metros de copa de la ciudad de Arroyos y Esteros de Cordillera.
Por su parte, el quinto puesto para el árbol más grande del Chaco fue para un Samu’u de la ciudad de Neuland en Boquerón, que cuenta con una circunferencia de 6,60 metros, una altura de 24 metros y una copa de 73,58 metros
Finalmente, el árbol más votado fue un Samu´u Doncella de Coronel Oviedo, Departamento de Caaguazú, que se llevó el premio por ser el Árbol de la Gente, logrando más del doble de los votos que el ganador del año pasado.
Colosos de la Tierra es un concurso que organiza hace nueve años la organización no gubernamental A Todo Pulmón y que premia a los árboles más grandes de nuestro país, con el objetivo de generar conciencia en la población sobre la importancia de preservar los bosques nativos y el respeto hacia los árboles.
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Desde la organización señalaron durante la transmisión que los bosques del país corren un grave peligro, ya que en diciembre de este año fenece la vigencia de la Ley 6256, que prohíbe las actividades de transformación y conversión de superficies con cobertura de bosques en la Región Oriental, ley conocida como la Ley de Deforestación Cero.
En ese sentido, la ONG, al igual que más de 60 organizaciones ambientalistas, solicitaron al Congreso que se amplíe el plazo de la ley vigente, ya que las condiciones no están dadas para que se dé el cese de la ley, ya que la restauración de los bosques tienen un proceso lento y complejo.
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“Paraguay ha perdido más del 90% de la masa forestal de la eco región del Bosque Atlántico del Alto Paraná, la mayor parte de los bosques en la Región Oriental fueron deforestados para hacer un cambio de uso de suelo, principalmente para la ganadería y agricultura mecanizada”, manifestaron.
En el año 2004 se promulgó la Ley de Deforestación Cero, que impide realizar actividades de transformación o conversión de superficies con cobertura de bosques en la Región Oriental del Paraguay, con el fin de proteger los remanentes boscosos, en especial los de la eco región del Bosque Atlántico de Alto Paraná, por su importancia ecológica para el Paraguay y el Mundo. La ley se amplió y modificó ya en cuatro ocasiones anteriores.