“Queremos casarnos con él, todas. Que se haga polígamo”, gritaban las enfervorizadas fans de una media de edad de dieciséis años, cargadas de fotos de la serie “High School Musical” y a las que no les importó dar rienda suelta a sus impulsos adolescentes en medio del engolado ambiente de cine intelectual que desprende La Mostra.
Con “At Any Price”, Zac Efron da un salto interpretativo hacia personajes más reflexivos y atormentados, a un ritmo narrativo más lento, y se separa de lo que ha regalado a sus admiradores en películas como “17 otra vez”, que se han encargado de celebrar que ya no sea pareja de Vanessa Hudgens, quien acudirá a La Mostra también en los próximos días.
Pero sobre la alfombra roja, pese a lucir una incipiente e irregular barba que no pasaría el corte de Disney, rescató su dominio como estrella, ataviado con un traje negro, corbata fina del mismo color y zapatos de charol, además del material de serie: sus ojos verdes y sonrisa para desmayar.
Así, ha dejado en inevitable segundo plano al director de la película, el cineasta de origen iraní Ramin Barahni, y a su novia en el filme, Maika Monroe, a la que ha dado un caluroso abrazo para envidia de las masas.

Monroe, a la que habrá que prestar atención a partir de ahora por sus dotes dramáticas y sus proyectos con Sophia Coppola y Jason Reitman, ha lucido, para quien pudiera reparar en ella entre tanta agitación, un vestido blanco de cola de plumas, con amplio escote y espalda descubierta, y una trenza informal que caía por su hombro izquierdo.