La hermana Anacleta Isasi heredó la responsabilidad de vestir a la Virgen de Caacupé, también conocida como Virgencita Azul o de Los Milagros, en el año 2003, luego del fallecimiento de Victoria Añazco, quien se encargaba anteriormente de la labor.
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Este año, como cada 8 de diciembre, la religiosa se prepara para vestir en su día a la Virgen de Caacupé, que utiliza un vestido de ao po’i y una capa azul, con lirios bordados y lentejuelas, entre otros accesorios.
La devota dijo que es un honor para ella poder seguir vistiendo a la Virgencita Azul, de entre todas las personas que podrían hacerlo, y que lo hará hasta que Dios diga basta.
Asimismo, mencionó que la hermana Margarita se encarga de la peluca y que el vestido aún se está confeccionando en Asunción.
En ese sentido, contó que lleva 60 años de vida religiosa y que se le confió la responsabilidad de vestir a las cuatro presentaciones de la Virgen de Caacupé, con todo lo que eso conlleva, ya que también se debe ornamentar, moldear y ajustar la ropa para que no ondee o se desarregle durante la peregrinación.
Las cuatro imágenes marianas son las del Tupãsy Ykua, la del oratorio de la Basílica, la de la Virgen Peregrina y la imagen auténtica.
Entre tanto, explicó que también se encarga del lavado y planchado de las ropas y ornamentos que se utilizan en la Basílica menor de Caacupé.
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La religiosa fue distinguida a principios de este año, en el marco de los 75 años de la fundación de la Congregación Hermanas Misioneras Catequistas de Cristo Rey, ubicada a escasas cuadras de la basílica menor de Caacupé, con un pergamino de gratitud por su labor y dedicación vistiendo a la Virgen de los Milagros y también ayudando a la hermandad.
En la congregación también funciona un colegio y una capilla, además de ser el hogar de las hermanas, quienes dedican su vida a Dios.