Un hombre que fue testigo del asesinato del militar Líder Javier Ríos denunció que él y toda su familia están recibiendo amenazas o amedrentamientos constantes, por lo que temen por sus vidas. Apuntan principalmente al policía Oliver Daniel Lezcano, quien se fugó días pasados de la cárcel de Tacumbú.
“Acá no existe la protección al testigo, yo tengo más de 15 testigos en este caso, no una sola persona”, expresó la fiscala Rosa Noguera en conversación con NPY.
Aseguró que tampoco los fiscales reciben protección y que “todos están expuestos”, porque “no existe acá legalmente la protección al testigo, ni a los fiscales, ni jueces, ni asistentes fiscales”.
“Decir que voy a darle una cobertura es difícil”, agregó.
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Señaló que en este caso, conversó con el jefe de la Comisaría jurisdiccional y le manifestó que están pasando frente a la vivienda del testigo y que el policía le manifestó que el hecho de que “él no le vea, no quiere decir que no haga su trabajo”.
La representante del Ministerio Público indicó que ella no fue notificada por el Ministerio del Interior ni por el Ministerio de Justicia sobre la fuga de Oliver Lezcano. Además, comentó que “nadie sabe nada” de su paradero.
Manifestó que también las autoridades deberían de informarle al juez sobre la fuga del imputado y que ella tiene que comunicar el hecho al Juzgado para que se dicte una orden de captura en su contra.
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Ella se enteró de la fuga a través de los medios de comunicación. Además, anunció que debe presentar acusación en su contra el próximo mes.
“Estamos recibiendo con mi familia amenazas”, dice testigo
El afectado sostuvo que ya se habían quedado tranquilos cuando el ministro de Justicia, Ángel Barchini, dijo que Lezcano fue asesinado en el penal; sin embargo, cuando vieron el video de Oliver, volvió el temor en toda su vivienda. Afirmó que, debido a que lo conocían, el joven que aparece en el material sí es Oliver.
“Estamos recibiendo con mi familia amenazas y amedrentamientos constantemente, por mensajes de texto y verbalmente, ya que fuimos testigos oculares. Este suboficial prófugo vivió prácticamente 10 años en la zona donde había asesinado al militar, él trabajó en un taller mecánico cerca de mi domicilio y ya tiene contacto ahí. A través de personas innominadas, nos hacen llegar las amenazas de que nos callemos y dejemos de hablar, ya sea ahora o en el juicio”, expuso a través de Monumental 1080 AM.