Un total de 92 países participaron de la votación para elegir al ave del año de Nueva Zelanda. Tras el conteo de votos, el pingüino de ojo amarillo fue proclamado el ave de 2019.
Al comentar la distribución geográfica de los participantes, Megan Hubscher, representante de la organización Forest and Bird, que tuvo a su cargo el concurso, manifestó que “ciertamente hubo especulaciones en la red de si esto era sospechoso”, informó el portal Sputniknews.
“La gente presenta varias teorías sobre injerencia rusa en las elecciones de Nueva Zelanda. Pero podemos asegurar a todos que esta vez todo fue honesto”, dijo Hubscher a The Guardian.
Así, explicó que fuera de Nueva Zelanda, se destacaron Australia, con 684 votantes; el Reino Unido, con 682 votos; Estados Unidos, con 563, y Rusia, con 335 votantes.
Hubsche explicó que su organización verificó las direcciones IP y los datos de todas las personas que participaron en la votación y, desde su punto de vista, “todo parece bastante limpio”. Agregó que después del conteo final y de las verificaciones de cuentas, solo se registraron 193 votos desde Rusia. Añadió que de los 16.000 votantes de Nueva Zelanda, fueron admitidos 12.600.
El portal ruso refiere que Hubscher presume que los votos rusos pueden tener una explicación razonable, ya que Nueva Zelanda y Rusia tienen muchas aves comunes, como por ejemplo, la aguja colipinta que “vuela de un país a otro todos los años”.