El área quemada en la más extensa selva tropical del planeta entre 1985 y 2022 suma 809.500 kilómetros cuadrados, según el estudio, que se elaboró con base en imágenes de satélite.
La selva amazónica fue el bioma brasileño más afectado por los incendios y concentró el 43% de todo lo que se ha quemado en el país en estas casi cuatro décadas.
Los incendios arrasaron un promedio anual de 68.000 kilómetros cuadrados de vegetación en la Amazonía. Es como si cada año se perdiera un país del tamaño de Lituania por las llamas.
“Los incendios en la Amazonía son, por completo, resultado de las quemas relacionadas con la deforestación y el manejo de pastizales. Estas terminan escapando a los bosques, provocando incendios forestales y degradación”, señala Ane Alencar, directora de Ciencias del IPAM y coordinadora del estudio.
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La vegetación nativa ocupó el 44,3% del área quemada en la Amazonía, durante el periodo analizado, mientras que el otro 55,7 % de los incendios ocurrió en áreas antrópicas, principalmente en pastizales.
En todo Brasil, los incendios destruyeron 1,85 millones de kilómetros cuadrados en los últimos 38 años, superficie equivalente a Colombia y Chile juntos.
El Cerrado, ecosistema de sabana que se extiende por el centro de Brasil, es el segundo bioma más afectado por los incendios y alberga el 42,7% de toda la superficie quemada en el territorio nacional.