“No cabe ninguna duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes estaban en pleno cumplimiento con las normas internacionales establecidas”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores de Bielorrusia, Anatoli Glaz, en un comentario publicado en la página web de la diplomacia bielorrusa.
El portavoz aseguró que el Gobierno podrá “garantizar plena transparencia y, si fuera necesario, aceptar expertos y mostrar todos los materiales a fin de descartar insinuaciones” de la comunidad internacional de que el régimen desvió un avión civil sobre territorio europeo bajo el falso pretexto de un aviso de bomba para detener al periodista opositor Román Protasevich.
El Gobierno ha dicho que el hecho de que entre los pasajeros hubiera un “extremista” no influyó en la decisión de “ayudar al avión de pasajeros que informó de problemas”.
“Llama la atención la premura de declaraciones abiertamente belicosas de varios países e instituciones europeas. La situación se está atizando de un modo claro y directo. Es deliberadamente politizada, se escuchan acusaciones sin fundamento alguno (...)”, afirmó Glaz, quien acusó a la comunidad internacional de no querer “entender objetivamente” la actuación de Bielorrusia.
“En cambio, volvimos a escuchar inmediatamente consignas sobre sanciones”, recalcó el portavoz de Exteriores.
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“Instamos a aquellos que sucumben a esta práctica viciosa a recordar las reglas y la seguridad de los pasajeros, a analizar todo de forma calmada, a esperar las conclusiones de los expertos competentes. Solo es así que podremos sacar al menos una conclusión digna”, enfatizó.
Las autoridades de Bielorrusia han creado una comisión para investigar las circunstancias del desvío del avión, y pretende publicar “próximamente” el resultado de las pesquisas, dijo el Ministerio de Transporte a la agencia rusa RIA Nóvosti.
El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ordenó el domingo el desvío del vuelo FR4978 de la aerolínea de bajo coste Ryanair tras ser informado de “una potencial amenaza” a bordo del avión y enviar un caza MiG-29 para que escoltara el avión comercial.
La aerolínea irlandesa señaló ayer en un comunicado que la tripulación “fue notificada por el servicio de control de tráfico aéreo de Bielorrusia de una potencial amenaza de seguridad a bordo y fue instruida a desviar (el avión) hacia el aeropuerto más cercano, Minsk”.
El canal de Telegram asociado al servicio de prensa de la Presidencia, aseguró el domingo que “tanto Atenas como Vilna estaban pidiendo a Minsk que asuma el mando”.
El grupo especializado en desactivación de artefactos explosivos no halló ninguna bomba y el comité de investigación de Minsk abrió una causa penal por el “hecho de informar falsamente a sabiendas del peligro”, según dijo en su canal de Telegram.
Minsk se refería al periodista Román Protasevich, de 26 años, que fue detenido el domingo en el aeropuerto de Minsk tras el desvío del avión y que es cofundador y exdirector del canal de Telegram Nexta, declarado en octubre del año pasado “extremista”.
El canal fue esencial a la hora de guiar las protestas antigubernamentales que estallaron tras las fraudulentas elecciones del año pasado y en denunciar mediante fotografías y vídeos la represión del régimen de Lukashenko.
Sus dos fundadores fueron acusados de incitación a disturbios y al odio social contra funcionarios y agentes del orden y graves violaciones del orden público, delitos que se castigan con hasta 15 años de prisión o incluso pena de muerte, según la oposición.
Además el KGB bielorruso les puso en una lista de “personas involucradas en actividades terroristas”.