“Tampoco es para darle más importancia de la que tiene; finalmente Celac es un simple foro de dialogo político, no es un bloque de integración como el Mercosur, tampoco un organismo internacional”, opina el embajador Víctor Alfredo Verdún, vicecanciller. En su opinión, en los últimos tiempos la Celac se ha convertido en un club donde pareciera “solo caben socios con la misma ideología”. Lo acontecido en la última Cumbre es un hito, dice. “Negaron el uso de la palabra a quienes pensamos distinto y no se ha respetado la regla del consenso. Más que nada, lamentamos las formas y el poco respeto a países con posiciones distintas”, cuestiona. Es decir a Paraguay y Argentina.
Puntos en cuestión. Explicó que, en la Cumbre, Paraguay solicitó una inclusión y una modificación en la redacción de los párrafos 3 y 7. Con respecto al primero, sobre la elección del próximo secretario general de las Naciones Unidas, planteó la inclusión de la palabra “idóneo/idoneidad”, teniendo en cuenta la magnitud de la responsabilidad que tendrá la persona que asuma ese cargo de la ONU. “No nos aceptaron una sola palabra, en un párrafo que parecía direccionado a una candidata puntual”, dice.
En el segundo párrafo solicitaron el cambio de la expresión “igualdad de género” por igualdad entre el hombre y la mujer. Así, Paraguay al igual que otros países, tenía en consulta los dos puntos mencionados, sobre los cuales estaba dispuesto a seguir conversando para encontrar una fórmula satisfactoria para todas las partes y llegar así al consenso. Pero como la delegación paraguaya no tuvo oportunidad de hablar, se vio en la obligación de romper con el consenso. La Declaración de Tegucigalpa fue aprobada por “suficiente consenso”, en expresiones de la presidencia pro tempore de Honduras, figura que no existe, explica Verdún. Por eso, Paraguay, representado en la Cumbre por la ministra Nimia da Silva, directora general de Política Multilateral, presentó una nota a la entonces presidencia pro tempore de Honduras, expresando su disconformidad ante lo acontecido, manifestando que no se había otorgado el consenso, al no habérsele dado el uso de la palabra cuando fue solicitada y no haberse respetado las posiciones y sugerencias de la delegación nacional. “Por lo tanto, el documento emitido como Declaración de Tegucigalpa no podría considerarse como tal. Por ese motivo, exigimos que sea consignada, como pie de página, que Paraguay objeta la misma y no da su consenso. Así quedo registrado”, aclaró Verdún. En el punto 2 del documento se ”rechazan las medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional”, sentando posición de bloque respecto a la guerra comercial impulsada por el gobierno de Donald Trump (Estados Unidos).