A partir de ahora, las residencias oficiales y privadas de la reina, pasarán a ser de Carlos III y las que a él le pertenecían, se trasladarán a su heredero. Por esta razón, el nuevo monarca deberá despedirse de sus anteriores casas, campos y palacios, según publican medios y agencias internacionales.
Desde 2003, su residencia oficial en Londres ha sido Clarence House. Pero se espera que en breve se traslade al Palacio de Buckingham.
También tendrá que despedirse de su casa de campo Highgrove, que adquirió en 1980, propiedad que se destaca por la perfección de su compromiso medioambiental.
Como rey, Carlos ahora toma el mando no solo del Palacio de Buckingham, sino también del Castillo de Windsor; el Palacio de Holyroodhouse en Edimburgo, la residencia oficial del monarca en Escocia; y el Castillo de Hillsborough, la residencia oficial en Irlanda del Norte.
El padre de la reina Isabel, Jorge VI, tuvo que renunciar a su casa familiar en el 145 de Piccadilly, en Londres, cuando se convirtió en rey en 1936, informó Infobae.
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Como princesa, Isabel y el Príncipe Felipe vivieron en Clarence House tras su matrimonio en 1947, pero volvieron a regañadientes al Palacio de Buckingham cuando Jorge VI murió en 1952.
Carlos se trasladó a Clarence House en 2003 tras la muerte de su abuela, la viuda de Jorge VI.
La residencia, situada a 400 metros del Palacio de Buckingham, fue terminada por el arquitecto John Nash en 1827 para el futuro rey Guillermo IV.
Al buscar una casa privada, Carlos, como príncipe de Gales y duque de Cornualles, eligió Gloucestershire, ya que ofrecía un acceso más o menos igual a ambas zonas, así como a Londres. Terminado en 1798, el edificio neoclásico georgiano de tres plantas fue completamente modelado a imagen y semejanza de Carlos.
Estos espacios abiertos han sido refugio de Carlos y una obra en constante evolución, debido a que el propio rey suele pasar las tardes podando árboles y sembrando algunas plantas. Las aguas residuales de la casa se filtran a través de un sistema natural de cañaverales.