De tener G. 8.000 millones de presupuesto, el Centro de Adicciones cuenta ahora con G. 5.000 millones, lo que resulta insuficiente para las más de 1.000 personas con problemas de adicción nuevas que acuden al lugar anualmente en busca de su recuperación.
Solo hay disponibles 15 camas para adolescentes y otras 15 para adultos para internaciones a corto plazo. La mayoría de las personas que tratan consume sustancias múltiples y tienen entre 15 a 29 años de edad.
Actualmente se está culminando una construcción para la habilitación de otros 15 cupos, pero aun así está lejos de cubrir la demanda, admitió el propio director del Centro de Adicciones, Manuel Fresco.
Por esta situación pasó la familia de Mauricio Benítez, que todos los días acudía a esta dependencia del Ministerio de Salud, pidiendo un lugar para la internación.
“Tenemos 1.000 pacientes nuevos por año, no todos se internan y no todos se internan por capacidad limitada que tenemos de dar respuesta a la internación. Por eso espera la gente que lamentablemente pasó con este chico Mauricio, que estaba esperando”, lamentó Fresco en comunicación con Radio Monumental.
El funcionario admite que la salud pública debe mejorar, no solo en infraestructura, sino en capacitaciones en las Unidades de Salud Familiar, para descentralizar las atenciones, así las personas que requieran tratamiento podrían acceder a ellos en sus comunidades.
Asimismo, reconoció que las inequidades e injusticias sociales, así como la facilidad en el acceso a las drogas, hacen que aumente la cantidad de personas dependientes de las drogas en el país.
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El problema de acceso a los centros de rehabilitación hace que las familias acudan al servicio privado, que en su mayoría funcionan sin habilitación y con denuncias de torturas en el proceso de reinserción, de acuerdo al Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP).