El comisario Carlos Benítez, nuevo comandante de la Policía Nacional designado por el presidente Santiago Peña, accedió a una entrevista con Chaco Boreal 1330 AM en la cual apuntó al fortalecimiento del Departamento de Asuntos Internos de la institución para eliminar a los uniformados corruptos o ligados con el crimen organizado.
“Nosotros no queremos convertirnos en una amenaza armada para la sociedad, al contrario, queremos ser garantes de la prevención y de la seguridad”, sostuvo al señalar que un solo uniformado corrupto representa una “amenaza grave” para la seguridad del ciudadano.
Benítez reconoció la existencia de policías vinculados con la delincuencia y el crimen organizado. “Esa es la mala noticia”, afirmó.
Nota relacionada: Peña anuncia a Carlos Benítez como comandante de la Policía Nacional
Cuando su nombramiento sea oficial a través de un decreto firmado por Peña, una de sus primeras tareas será, según dijo, la de sentarse con el personal de Asuntos Internos, de Justicia policial y con todos los directores de la institución para buscar una estrategia para “ir trabajando y eliminando de manera progresiva y sistemática la presencia de estos elementos”.
Asimismo, consideró —con base en su experiencia como instructor de oficiales— que los policías “bandidos” no son formados en la Academia de Policía, sino que se trata de una condición perversa de la persona.
Entonces, al tener el uniforme, armas a disposición y camaradas corruptos, es la “fusión perfecta para que estos empiecen a delinquir y perjudiquen a la ciudadanía y también nuestra imagen”, señaló.
El futuro comandante expresó que al conocerse la vinculación de policías con hechos punibles, el golpe es demasiado grande para “nosotros, la gran mayoría, que somos institucionalistas, que amamos nuestra institución policial, que respetamos la existencia de nuestra institución”.
Si bien reconoció que se hacen evaluaciones sicológicas de forma periódica o de acuerdo con la necesidad de cada caso, dio a entender que muchas de ellas no son exactas porque la conducta del ser humano varía según la circunstancia. Por lo tanto, apuntó a una constante reiteración de los estudios.
“Hay un equipo bastante bueno dentro de la Policía Nacional que hace ese tipo de evaluaciones. Hay que recordar también que la conducta del ser humano varía mucho de acuerdo con la circunstancia. Esas evaluaciones hay que ir reiterándolas”, indicó.
Exámenes de correspondencia a DDJJ
Para el futuro comandante, los exámenes de correspondencia con las declaraciones de bienes de los comisarios y otros uniformados es “totalmente aplicable” porque es fundamental “justificar sus bienes”, sostuvo.
Puede interesarle: Tentáculos del narcotráfico en el Estado, la política y empresas
“Para cada graduación y para cada cargo, existe la declaración jurada de bienes. Todo el personal policial está obligado a eso. De hecho, ahora, en el momento que pueda falsear eso, es pasible de una investigación y de una sanción”, aseguró al respecto.
Control de cédula en buses y barreras
Respecto al control de cédulas en las unidades del transporte público, Benítez afirmó que el último fin de los uniformados es “molestar a la ciudadanía”; al contrario, se busca dar garantía de que el usuario no esté viajando con “una persona que tenga cuentas con la Justicia”.
Señaló que los controles son ocasionales y que se realizan de acuerdo “al georreferenciamiento del comportamiento delincuencial”, un sistema que indica los puntos rojos de los barrios o ciudades que crecen a medida de las denuncias por hechos punibles reiterados, según explicó.
En ese sentido, indicó que en los operativos se les detuvo a varias personas con órdenes de captura y justificó que la presencia de los uniformados en los buses es porque muchas veces los delincuentes usan los buses como movilidad o cuando huyen de la policía.
Sobre las barreras policías, señaló que muchas de ellas fueron desapareciendo en todo el territorio nacional, debido a la informalidad y que solo se hacían con el “aval del Ministerio Público”.
“Muchas veces encontramos barreras en donde había dos o tres efectivos deteniendo vehículos y solicitando documentos de todo tipo. Hemos visto que había mucha informalidad en ese aspecto y tanto es así que la realización de barreras en el territorio nacional prácticamente desapareció”, finalizó.