(EFE).- La ceremonia, a la que asisten un centenar de jefes de Estado, se ha iniciado con el himno nacional de Sudáfrica cantado por el gigantesco coro popular que agita las gradas, que no se han llenado por la intensa lluvia que cae desde anoche en la ciudad, además de por la falta de transporte público y la lejanía del estadio.
El acto comnezó con una hora de retraso por la lenta llegada de los mandatarios al estadio, algunos de los cuales han recibido un ensordecedor abucheo, como el propio presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, a quien han silbado cada vez que aparecía por uno de los monitores gigantes del estadio.
Hasta entonces, el público ha aguantado el chaparrón en la zona cubierta del graderío cantando incesantemente en honor a Mandela y recorriendo la parte descubierta haciendo “congas”.
La introducción ha sido hecha por Cyril Ramaphosa, destacado miembro del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA) y excompañero de lucha de Madiba, quien recordó con emoción a quien fue su “mentor y maestro”.
Tras una oración ecuménica, llegarán los tributos iniciales por parte de un amigo muy cercano al expresidente y después los emotivos testimonios de sus nietos Mbuso, Andile y Phuma, a quien el público ovacionó a su entrada al estadio.
También pronunciaran discursos líderes internacionales como los presidentes de EEUU, Barack Obama; Brasil, Dilma Rousseff; y Cuba, Raúl Castro, entre otros.
A pesar de la lluvia, los ciudadanos, que ahora guardan un respetuoso silencio hacia los testimonios en honor del fallecido, siguen llegando al FNB para honrar a Mandela.