Cada diputado recibe por mes G. 3.500.000 en concepto de vale de combustibles y este beneficio incluso seguirá durante el periodo de vacaciones de la mayoría de los legisladores, conocido como receso parlamentario, y a pesar de que pueden participar de las sesiones desde su domicilio, como muchos lo hacen.
Pedro Alliana, titular de la Cámara Baja, buscó justificar el privilegiado y millonario despilfarro alegando que durante su gestión se gastó menos que en las de anteriores presidentes de este cuerpo legislativo.
El parlamentario aseguró que en su administración se lograron reducir los vales de combustible de G. 7.000 millones a G. 3.900 millones al año.
“No tendría problema de recortar, pero eso depende del pleno. Creo que hemos mostrado nuestra austeridad. Tenemos que entender que la Cámara de Diputados está conformada por personas que vienen del interior. Cuando se presentaron al cargo, ellos sabían el salario”, dijo el diputado colorado.
En lo que respecta al Senado, el pleno decidió eliminar los vales de combustible como parte de las medidas de austeridad. Sin embargo, en Diputados se aferran al beneficio.
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Todas las instituciones del Estado sufrieron cortes en su presupuesto atendiendo el contexto de crisis, tanto sanitaria como económica, en la que muchos ciudadanos atravesaron por altos gastos, desempleo y cierre de sus negocios, mientras que el Gobierno se vio obligado a adquirir altas deudas para mantener a la función pública y cubrir los millonarios costos de la salud; por ese motivo, se realizaron recortes de gastos superfluos.
La ley del Presupuesto General de la Nación no contempla este año el concepto de cupos de combustible, pero una resolución de la presidencia de la cámara dispone que sea distribuido el beneficio a través de un nuevo sistema, el de tarjetas de flota, que permite, mediante una tarjeta de plástico, con un pin, efectuar la compra en las estaciones de servicio habilitadas.