Un estudio que publica este lunes Current Biology describe este comportamiento observado en ese murciélago, una treta evolutiva que permite al imitador protegerse de posibles depredadores y que, en el caso de reproducir sonidos, solo se había observado en insectos.
Los murciélagos de orejas de ratón imitan el zumbido de los avispones, un insecto que pica, para disuadir a los búhos o lechuzas de que se los coman.
Un murciélago que ha sido capturado, pero no matado por el depredador, si es capaz de emitir un zumbido “podría” engañarle durante una fracción de segundo, lo suficiente para huir, explicó uno de los autores del estudio, Danilo Russo, de la Universidad de Estudios de Nápoles Federico II (Italia).
El experto realizaba un trabajo de campo con murciélagos cuando se dio cuenta de que estos, en determinadas situaciones, siempre zumbaban como avispones.
Entre otras pruebas, el equipo reprodujo esos sonidos a lechuzas y búhos en cautividad para observar su reacción y sistemáticamente se alejaban.
Los investigadores afirman que los resultados proporcionan el primer ejemplo de mimetismo interespecífico entre mamíferos e insectos, así como uno de los pocos ejemplos de mimetismo acústico.
Los zumbidos son aún más similares cuando se escuchan de la forma en que los búhos los oyen, indicó Ruso, que no tiene datos para asegurar que los búhos que evitan el sonido es porque ya han sido picados antes, aunque es una probabilidad.
Sin embargo, sí hay otras pruebas de que las aves evitan esos insectos potencialmente nocivos. Por ejemplo, cuando los avispones se instalan en las cajas nido o en las cavidades de los árboles, las aves en general ni siquiera las exploran y no anidan allí.