“Deseo asegurar mi plegaria por las víctimas de los corrimientos de tierra causados por las lluvias torrenciales caídas en la región metropolitana de Recife, en Brasil”, dijo el pontífice ante los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, al término del rezo dominical del Regina Coeli, en la festividad de Pentecostés.
Según el último balance de Defensa Civil, 127 personas han muerto en el estado brasileño de Pernambuco (noreste), cuya capital regional, Recife, y su zona metropolitana se han visto altamente afectadas por la tempestad que ha castigado la región desde finales del mes de mayo.
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Esas intensas precipitaciones provocaron el desbordamiento de ríos y corrimientos de tierras que se llevaron por delante viviendas y mobiliario urbano, principalmente en los municipios de Camaragibe, Olinda, Paulista y Jaboatao dos Guararapes.
Además de las más de cien víctimas mortales, la cifra de personas desalojadas de sus hogares aumentó hasta las 9.302, las cuales pernoctan actualmente en campamentos improvisados montados en 27 municipios de la región.
Este 2022 está siendo especialmente trágico en Brasil, con miles de evacuados y centenas de víctimas mortales como consecuencia de fuertes temporales en los estados de Bahía (noreste), Minas Gerais, Sao Paulo, Río de Janeiro (sureste) y ahora Pernambuco.