En la ciudad de Cusco, Perú, está ubicado el último puente construido por el Imperio Inca en el mundo: el Q’eswachaka, que significa “viaducto de cuerdas” en quechua.
El puente tiene 28 metros de longitud y 1,20 metros de largo. Anualmente, debe ser reconstruido para evitar que el desgaste de los materiales cause accidentes.
Se estima que el Q’eswachaka fue construido entre el siglo XV y XVI, señala el portal del National Geographic. Desde entonces, las técnicas y rituales para su renovación pasan de generación en generación hasta la actualidad.
“Si no construimos un nuevo puente cada año, nos arriesgamos a provocar la ira de la Pachamama, la madre tierra en quechua, y de los apus, fuerzas tutelares de la naturaleza”, explicó María Quispe, una mujer que participa del mantenimiento de la pasarela.
También los residentes de la zona lo llaman Qhapaq Ñan (camino real en quechua) y, anteriormente, se extendía a lo largo de dos millones de kilómetros. Esta distancia se redujo con el paso del tiempo.
Debido a su importancia histórica, el puente Q’eswachaka fue incluido en la lista de patrimonios culturales inmateriales, elaborada por la Unesco, en el 2013.