Ciriaca Cabañas comentó que no tienen salida y las precarias reparaciones se transformaron en problemas, ya que ahora la ruta quedó con baches, barro y agua.
Dijo que la única manera de transitar es a caballo en esos lugares distantes debido al repunte de agua producto de la lluvia pasada, que está corriendo hacia la lejana comunidad donde nadie puede entrar ni salir.
Además, peligrosas alimañas aparecen constantemente, como víboras venenosas que amenazan a los habitantes ya sea de noche o de día. Esta es la situación que afrontan en estos días y necesitan de asistencia por parte de las instituciones del Gobierno.
“Necesitamos alimentos y medicamentos, estoy tratando de conseguir un medio para que nos llegue la asistencia”, mencionó Cabañas.
Manifestó que solamente un helicóptero puede bajarles mercaderías.
Dijo que están lejos de una ruta principal de Alto Paraguay para poder salir, por lo que muchas personas sufren el aislamiento; hay niños, mujeres y adultos mayores que deben sortear la dificultad diariamente.
Los habitantes se dedican a pequeñas actividades de ganadería, son peones de estancias, y los niños, en medida de las posibilidades, acuden a la escuelita instalada en una casa particular precaria.
El panorama es difícil lejos de la ciudad más cercana, que es Fuerte Olimpo, rodeada de agua y caminos pantanosos donde se puede cruzar montado a caballo, ya que los vehículos de transporte no pueden circular.
Los pobladores reclaman reparación del camino al cual difícilmente acceden, pero son beneficiados con precarios arreglos, que luego se convierten en trampas para los transeúntes y la gente queda aislada completamente.
El último camino reparado fue por medio de maquinaria de la Gobernación de Alto Paraguay, que no concluyó bien el trabajo, según refieren los vecinos del lugar.