“Muchas investigaciones han demostrado que mantener el contacto social es bueno para nuestra salud mental y física. Sin embargo, a pesar de ello, nuestro estudio sugiere que las personas subestimamos significativamente cuánto aprecian los demás que les tendamos la mano”, resume Peggy Liu, investigadora de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) y directora del estudio.
Los resultados de la investigación se han publicado este lunes en la revista Journal of Personality and Social Psychology.
Los investigadores realizaron experimentos con más de 5.900 participantes en los que analizaron los niveles de aprecio de los que dan y los que reciben muestras de interés y los factores que pueden influir en ese nivel de aprecio.
En uno de ellos, se pidió a la mitad de los participantes que recordaran la última vez que se habían puesto en contacto con alguien de su círculo social solo “porque sí” o “para ponerse al día” en un correo, un mensaje de texto o por teléfono, tras un largo periodo sin interactuar con ellos.
Al resto de los participantes se les pidió que recordaran una situación similar en la que alguien les hubiera tendido la mano.
A continuación, se les pidió que indicaran en una escala de 7 puntos (1 = nada, 7 = en gran medida) cuánto apreciaban ellos o la persona a la que habían tendido la mano, si se sentían agradecidos, si estaban contentos o si se sentían satisfechos por el contacto.
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Las personas que recordaban haber tendido la mano pensaban que el gesto que recordaban era significativamente menos apreciado que las que recordaban haber recibido una comunicación.
En otro experimento, los participantes enviaron una nota corta, o una nota y un pequeño regalo, a alguien de su círculo social con quien no habían interactuado en un tiempo.
Igual que en el experimento anterior, se pidió a los participantes que iniciaron el contacto que calificaran en una escala de 7 puntos el grado en que creían que el destinatario apreciaría, se sentiría agradecido y se sentiría complacido por el contacto.
Una vez enviadas las notas/regalos, los investigadores también pidieron a los destinatarios que calificaran su aprecio.
En todos los experimentos, los que iniciaron la comunicación subestimaron significativamente el grado en que los destinatarios apreciarían el acto de tenderles la mano.
“También descubrimos que las personas subestimaban el aprecio de los demás en mayor medida cuando la comunicación era más sorprendente, en contraposición a la que formaba parte de un patrón de comunicación habitual, o los lazos sociales entre los dos participantes eran débiles”, comenta Liu.
Según Liu, muchas personas han perdido el contacto con otras personas en su vida, ya sean amigos del instituto o la universidad o compañeros de trabajo a los que han dejado de ver por el teletrabajo.
Recuperar la conexión social con ellos tras un tiempo prolongado sin contacto puede resultar desalentador, pero los resultados del estudio sugieren que estas personas apreciarán el gesto más de lo que pensamos.