En las elecciones de aquel año, la Asociación Nacional Republicana llegó dividida: La candidata oficialista, Blanca Ovelar, ganó las internas frente a Luis Castiglioni. La diferencia fue del 1% y el perdedor denunció un fraude.
En la vereda de enfrente, Fernando Lugo congregaba a la mayor parte de la oposición detrás suyo. El ex obispo de San Pedro terminó ganando la presidencia con 774.968 votos contra los 540.553 que obtuvo la Lista 1 y puso fin a una hegemonía colorada de más de 60 años.
De esta manera llegó al poder la Alianza Patriótica para el Cambio, conformada por liberales y sectores de distintas esferas ideológicas.
El gobierno de Lugo estuvo marcado por el mal relacionamiento con el Congreso, la novedad de la salud gratuita total y la renegociación de la compensación que recibía el país de Brasil por la energía de la represa Itaipú.
En el 2012, la matanza de Curuguaty derivó en el juicio político que destituyó a Lugo. El vicepresidente, Federico Franco, asumió el mando.
Así, luego de 73 años, un liberal volvió a ser presidente. Su corta gestión tuvo varios escándalos de corrupción, específicamente, en el Indert y el Indi. En el 2013, los colorados retomarían el Poder Ejecutivo con una amplia victoria del empresario tabacalero Horacio Cartes.
Última Hora recuerda este acontecimiento en su revista especial publicada el 8 de octubre por su aniversario 45.