En un comunicado publicado este miércoles, la Universidad Médica de Viena (MedUni) destaca que las conclusiones del estudio de sus investigadores pueden suponer “un gran avance en la comprensión del desarrollo de los daños neurológicos asociados al alcohol”.
Además, si bien de momento es solo una hipótesis, el trabajo, publicado en la revista especializada “Dementia & Alzheimer” abriría las puertas a nuevos enfoques preventivos y terapéuticos.
Hasta ahora se desconocía el mecanismo mediante el cuál el alcohol dañaba al cerebro causando deterioro en las funciones cognitivas, especialmente al área de la memoria, lo que aumenta el riesgo de padecer demencia y alzheimer.
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Según la investigación del equipo liderado por Stephan Listabarth, experto de la Clínica Universitaria para Psiquiatría y Psicoterapia de la MedUni, ese deterioro cognitivo estaría causado por la existencia de depósitos de hierro en el cerebro debido a una disminución del nivel de vitamina B1 inducida por el alcohol.
Esta vitamina se encarga, entre otras cosas, de crear una barrera hematoencefálica que evita que el hierro que transporta la sangre se acumule en el tejido nervioso cerebral.
Una posible terapia consistiría en el suministro continuo de algún sustituto de la tiamina (vitamina B1) durante ciertos tratamientos médicos para prevenir enfermedades neurológicas.
Los investigadores austríacos anunciaron ensayos clínicos para certificar esta hipótesis, que por otro lado creen podría ayudar a evaluar el uso de ciertos medicamentos para reducir los niveles de hierro, “como ya se está realizando para combatir otras enfermedades neurodegenerativas”.
Se calcula que en el mundo hay más de 100 millones de personas que sufren trastornos relacionados con el consumo de alcohol, responsable de 2,8 millones de muertes prematuras cada año.