El general Jean-Louis Georgelin, presidente del organismo público encargado de su restauración, indicó en un comunicado que se respetarán los “gestos barrera” y la distancia social recomendada por el Gobierno francés para evitar la expansión del virus.
El organismo prevé la entrega de mascarillas a los trabajadores, la distribución de gel hidroalcohólico gracias a una donación del grupo del lujo LVMH, alojamiento para quienes lo necesiten y comida facilitada por la Fundación del Patrimonio y la compañía de restauración Sodexo.
Con esas medidas y otras en las instalaciones colectivas, como los vestuarios y las duchas, asegura estar en condiciones de garantizar la protección de los empleados que velan todavía por la estructura del templo, poco más de un año después de su incendio el 15 de abril de 2019.
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La reanudación de la actividad incluirá en un primer momento la continuación de las labores que estaban en marcha a mediados de marzo, como las nuevas duchas y vestuarios para evitar la contaminación por el plomo que quedó diseminado en la zona después de que el fuego fundiera las placas del tejado.
Se ultimarán también los dispositivos necesarios para poder empezar a retirar los andamios que hace un año estaban levantados para restaurar la aguja de la torre central y que el incendio dejó calcinados.
Y, finalmente, se retomarán las obras para retirar esos andamios o, entre otros puntos pendientes, proseguir la limpieza de la parte superior de las bóvedas.
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Los trabajos para la reconstrucción en sí de la catedral parisina no está previsto que empiecen hasta 2021.
En este tiempo, las autoridades se centran en garantizar la estructura del templo, aunque el calendario se ha visto frenado por la contaminación por plomo, fuertes temporales en otoño e invierno y finalmente la pandemia de coronavirus.