Así lo dijo el ministro de Equipamiento y Agua de Marruecos, Nizar Baraka, durante su visita ayer sábado a la provincia montañosa de Al Haouz (la más tocada por el seísmo y situada al sur de Marrakech) para interesarse por el avance de los trabajos de desbloqueo y acondicionamiento de las carreteras de montaña, muy tocadas por el temblor y cuyos cortes dejaron decenas de aldeas aisladas, informó la agencia estatal MAP.
Según Baraka, en los primeros tres días tras el seísmo se despejaron el 92% de las carreteras afectadas (460 kilómetros de vías clasificadas y 470 kilómetros de caminos rurales), lo que facilitó, dijo, la intervención de los equipos de emergencias y la llegada de ayuda.
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Actualmente, un 8% de la población rural permanece aislada por carretera, pero en los próximos tres días acabarán los trabajos para reabrir esas últimas vías cortadas, aseguró.
Su departamento también trabaja en ampliar las carreteras de esas zonas, especialmente de cara al invierno, cuando las montañas se cubren de nieve durante varios meses.
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El ministro reiteró que las presas de la zona (hay tres en esas montañas) no resultaron afectadas por el terremoto, aunque sí se produjeron daños en los canales, con lo que se movilizaron camiones cisterna para proveer de agua a la población.
Fuente: EFE