El Ministerio de Justicia activó el protocolo de seguridad en el Centro de Reinserción Social (Cereso), de Itapúa, tras recibir la denuncia de supuestos hechos de tortura a internos, como mutilaciones de los dedos, cortes y otros.
“Recibimos la noticia de que dos reos fueron trasladados hasta al Hospital Regional (de Encarnación) con algunas heridas cortantes y contusas”, confirmó a radio Chaco Boreal 1330, Víctor Manuel Benítez, viceministro de Política Criminal.
A raíz de esto se ordenó la intervención por parte de la Dirección General de Derechos Humanos, Anticorrupción e Inspectoría. “Debemos corroborar qué fue lo que pasó en ese lugar, si fue una gresca entre los internos o agresiones por parte de agentes penitenciarios”, agregó.
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Fuentes penitenciarias revelaron a Última Hora que los casos de tortura habrían sido llevados a cabo por internos que fueron puestos en el pabellón B Alta, como “capangas”, encargándose de cobrar un precio de alquiler a sus compañeros por el uso de las celdas.
De acuerdo a las versiones, los reclusos que se negaban a pagar el precio eran sometidos a tortura. Serían cinco los afectados.
Tampoco se descarta que el grupo de internos tenga el monopolio de venta de drogas en el interior de la penitenciaría.
El viceministro Benítez señaló que, al igual que la mayoría de las penitenciarías del país, Cereso tiene un alto nivel de hacinamiento que se registra en la población penitenciaria, desbordando la capacidad de cada centro.
El mismo inconveniente se registra con la cantidad de agentes penitenciarios requerida para una eficiente custodia.