Según informan los Heraldos del Evangelio, su fundador falleció en Franco da Rocha, en el Gran São Paulo, Brasil, después de luchar durante 14 años contra las complicaciones de un derrame cerebral.
“Alrededor de las 02:30 de esta madrugada (hora brasileña), confortado por los sacramentos de la Santa Iglesia y rodeado de sus hijos espirituales, monseñor João Scognamiglio Clá Dias, a la edad de 85 años, entregó serenamente su alma a Dios”, expresa parte del comunicado.
Inspirados por las numerosas conquistas de Monseñor João, bajo la influencia del paráclito y el apoyo indefectible de María Santísima, sus hijos espirituales continuarán su misión en favor de la Santa Iglesia y de la sociedad civil con serenidad, entusiasmo y concordia, pero también con vigilancia e intrepidez.
Como fundador de los Heraldos del Evangelio, deja un legado de santidad de vida a millones de católicos vinculados a la institución en los cinco continentes.
Una breve biografía
Nació en São Paulo, Brasil, el 15 de agosto de 1939. Discípulo y el intérprete del pensamiento y la obra del doctor Plinio Corrêa de Oliveira, cumplió los deseos largamente anhelados por su maestro e inspirador, fundando la Asociación Privada Internacional de Fieles Heraldos del Evangelio, aprobada en 2001 por el papa Juan Pablo II, y las Sociedades de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli y Regina Virginum, aprobadas por el papa Benedicto XVI en 2009.
Estudió derecho en la Facultad del Largo São Francisco (São Paulo) y se doctoró en Teología y Derecho Canónico. Escribió 27 obras, varias de las cuales han sido traducidas a siete idiomas y algunas con una tirada de más de dos millones de ejemplares. Impulsó la construcción de iglesias en Brasil y en otros países de América, Europa y África.
Sus instituciones están en más de 70 países
Dirigió personalmente las instituciones que fundó, que hoy desarrollan sus actividades en más de 70 países, con millones de miembros y seguidores, entre sacerdotes, hermanos y hermanas asociados, cooperadores o participantes solidarios.
En 2008, tres años después de su ordenación sacerdotal, Benedicto XVI lo nombró protonotario apostólico y canónigo honorario de la Basílica Papal de Santa María la Mayor de Roma.
Recibió diversas condecoraciones y honores en Brasil y en el extranjero, incluida la medalla Pro Ecclesia et Pontífice por su dedicación en favor de la Santa Iglesia y del Sumo Pontífice.
Su labor apostólica se extendió por todo el mundo, especialmente tras la aprobación pontificia de los Heraldos del Evangelio.
Impulsó la construcción de iglesias y oratorios
Fundó más de 50 coros y orquestas e impulsó la construcción de casi una treintena de iglesias y oratorios, dos de los cuales recibieron el título de basílica, en Brasil y en diversas naciones de América, Europa y África.
En 2009 publicó el opúsculo titulado Con motivo del año sacerdotal, sugerencias de los Heraldos del Evangelio a la Congregación para el Clero, escrito a petición del entonces prefecto de esta Congregación, y en 2010 el ensayo La Iglesia es inmaculada e indefectible, en el que denuncia las causas profundas de los abusos cometidos contra menores o personas vulnerables.