La adquisición de bolsitas de polietileno con carga de cola de zapatero crece permanentemente, sin que se atine un freno a esta crítica situación por la que atraviesan niños y adolescentes venidos de diferentes comunidades indígenas en busca de la sobrevivencia urbana, pidiendo limosna en los puntos semafóricos de Coronel Oviedo.
Se ha vuelto una constante observarlos en los cruces con semáforo situados en las principales avenidas de la ciudad o en los puntos de ingreso a centros comerciales, pidiendo monedas que luego son destinadas a la compra de la sustancia que utilizan para drogarse.
En horas de la noche, la rotonda de la ciudad es el lugar donde acuden masivamente para ingerir la sustancia y luego arrojarla al piso, donde, hoy por hoy, visiblemente se puede notar la gran cantidad de bolsas de polietileno con restos de la cola de zapatero.
Las familias provenientes de varios distritos del Departamento de Caaguazú se ubican bajo precarias carpas en baldíos.
El abandono por parte de instituciones como el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) y otros se refleja en la manera en que pasan sus días en la ciudad.
La Consejería Municipal por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) de Coronel Oviedo representa el primer eslabón de denuncias y reclamos sobre la situación.
La limitación de recursos municipales y la falta de interés del Indi y de la Gobernación departamental repercuten directamente en estos grupos de la población.