Tras el crimen del vendedor de chipa frente al Mercado de Abasto, los niños y adolescentes en situación de calle que vivían en un edificio abandonado en inmediaciones del centro comercial despejaron el lugar luego de tres años de ocupación.
El edificio que se encuentra detrás del bloque C del Mercado de Abasto albergaba a unos 30 o 40 presuntos consumidores de crac, entre ellos una adolescente de 14 años, que sería la autora del crimen del chipero Albino Evaristo Tama Vera.
Una vecina manifestó que en el lugar se podía encontrar hasta a niños de 10 y 12 años, quienes debido a los intensos controles policiales abandonaron momentáneamente el edificio aguantadero.
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La mujer dijo que existen rumores de demolición de la estructura, que sería propiedad de un hombre que se encuentra privado de su libertad, según informó Telefuturo.
En el lugar, también se pudo encontrar una montaña de basura compuesta por botellas y cartones de bebidas alcohólicas, así como restos de bolsitas de hule en las que se distribuye el crac.
La ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez, mencionó hace unos días que ese mismo local ya lo denunciaron en cuatro ocasiones ante la Defensoría Pública. Sin embargo, hasta la tragedia ocurrida con el vendedor de chipas, no se realizó ninguna intervención en el lugar.
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Una fuente había mencionado a Última Hora que el aguantadero funcionaba ante la corrupción policial, cuerpo que, con cierta complicidad y una porción de recaudación de las ganancias, permite que desde la construcción abandonada se comercialice todo tipo de drogas, en especial dosis de crac, también conocido como chespi.