La Secretaría Nacional Antidrogas, en coordinación con la Policía Federal del Brasil y el respaldo del Ministerio Público y la Fuerza de Tarea Conjunta, lleva adelante 10 allanamientos con el fin de atacar los esquemas logísticos que sostenían a la estructura criminal liderada por el presunto narcotraficante local Felipe Santiago Acosta Riveros y el brasileño Ricardo Picolotto, este último detenido durante la primera fase de la operación Ignis.
Si bien no se registraron detenciones, se halló la presunta base operativa criminal en una zona rural de Corpus Christi, donde también se encontraba una pista clandestina de 1.200 metros y un hangar en proceso de construcción, además de evidencias documentales, celulares y aparatos informáticos.
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En la localidad de Brítez Cué, se llevaron a cabo ocho allanamientos, con el fin de dar con la ubicación de colaboradores y operadores logísticos que respondían a las órdenes de la estructura.
Al ritmo de las intervenciones, se suman órdenes de captura de relevancia de personas que componían el entorno colaborativo cercano, entre los que se encontraría un concejal municipal del departamento.
Los hechos atribuidos al grupo criminal van desde asaltos, extorsión, sicariato, narcotráfico y tráfico de armas.
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Operación Ignis
La Secretaría Nacional Antidrogas comenzó esta semana la operación Ignis, mediante la cual detuvo a 10 personas y abatió a otras nueve.
Durante la primera fase, se logró la detención del brasileño Luis Picolotto, quien es sindicado como uno de los principales proveedores de armas de la facción criminal Primer Comando Capital (PCC).
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En el procedimiento se halló un arsenal de guerra, con armas largas, radios, celulares y chalecos antibalas.
Según la Senad, la banda criminal operaba de la misma forma en que actúan los cárteles mexicanos e imponían miedo y violencia a la población de Canindeyú.